El sindicato docente STEC-IC se concentró ayer en las oficinas de la Inspección Educativa en Las Palmas de Gran Canaria para expresar su rechazo al protocolo de supervisión de los centros puestos en marcha por la Consejería.

A juicio de la organización sindical, la actuación de los inspectores está marcada por un ánimo "fiscalizador" y parte de la "desconfianza" hacia la labor del profesorado.

El STEC se muestra conforme con que la inspección acuda a los centros "cuantas veces se considere oportuno, pero siempre con el ánimo constructivo de prestar el asesoramiento debido al conjunto de los docentes y equipos directivos".

Sin embargo, entiende que el servicio está "recargando aún más" de tareas a los trabajadores "con infinidad de exigencias de índole meramente burocrática".

En el escrito presentado ante la Administración, el STEC-IC alerta de que el protocolo de supervisión "está significando un control de la función docente, sin precedentes en las últimas décadas, que intenta inequívocamente cargar en exclusiva sobre el profesorado las deficiencias del sistema sin tener en consideración la multiplicidad de aspectos que concurren en la explicación de las altas tasas de fracaso y abandono escolar que sufre el Archipiélago".