El presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, espera que el titular del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, responda por teléfono a la carta que le envió el pasado viernes para denunciar el trato desequilibrado que recibe la isla por parte de su Ejecutivo.

Bravo de Laguna ha señalado, tanto a un grupo de periodistas como en la conferencia "Gran Canaria en un momento decisivo", que ha impartido en el foro que organiza el periódico Canarias 7, que confía aún en que Rivero le llame por teléfono, aunque ha dicho que esperaba que la llamada se hubiese producido en el fin de semana para que le convenciera que sus denuncias no son ciertas.

El presidente del Cabildo ha señalado que su carta reúne las quejas que viene efectuando por el trato que recibe la isla por parte del Gobierno canario, pues el "desequilibrio" es "evidente" y, como representante de la corporación insular, tiene que defender sus intereses.

Bravo ha manifestado que el planteamiento de su carta es "serio" y no responde a un intento de mofa por la carta que escribió Rivero al presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy.

No se trata de una "mofa", es un asunto "muy serio", ha señalado Bravo de Laguna, quien ha dicho que ha reproducido algunos de los párrafos de la carta que envió Rivero a Rajoy sobre la posible desafección de Canarias respecto a España para alertar de que aquí se corre el mismo riesgo en relación a la autonomía.

Ha dicho también que en su misiva no trata de "atacar a nadie", sino de defender el auténtico espíritu de la autonomía, pues ha subrayado que, "no en vano, fue ponente en su redacción".

Y, por lo tanto, ha añadido que conoce "muy bien el espíritu de equilibrio y ponderación de intereses, que fue la clave para tener una autonomía con doble capitalidad y con un equilibrio en la representación parlamentaria y con una ley de sedes".

A su juicio, ese espíritu se está quebrando de alguna manera y, por la situación que se vive en Europa, las reformas legislativas que se están produciendo en España y la falta de inversiones, es el momento de recapacitar y recuperar el "viejo espíritu de la autonomía de Canarias, que es la única manera de que sobreviva".

En este sentido, Bravo de Laguna ha querido dejar claro, frente a quienes le tachan de insularista, que es el "más autonomista, porque defiende la auténtica autonomía de Canarias".

Así mismo, ha comentado que espera que cuando se discuta la nueva ley de renovación turística en el Parlamento regional, se imponga la inteligencia y se autorice a Gran Canaria la construcción de hoteles de cuatro estrellas sin estar sujetos a la rehabilitación de la planta antigua.

Ha reiterado que Gran Canaria no puede conformarse con tener tres millones de turistas al año cuando puede tener cuatro o cuatro y medio, pues si recibiera solo un millón más se crearían 30.000 puestos de trabajo, directos e indirectos.