En sus incontenibles deseos de viajar a costa de dinero público, los del no al petróleo preparan su cruzada "en spaña y en el extranjero". s una bonita forma de gastar su dinero en practicar la demagogia. Qué digo su dinero, el dinero nuestro, porque ellos no viajan sino con cargo al erario público. Y no dan su brazo a torcer, demostrando que no son nada inteligentes, porque es una batalla que tienen perdida. Las Islas no pueden dar la espalda al oro negro; ellos saben que los vertidos son prácticamente imposibles y también saben que las prospecciones y la posterior extracción no solo no dañan la ecología sino que generan miles de puestos de trabajo. Repsol se instalará en Las Palmas y sobre los presidentes de los Cabildos de Lanzarote y Fuerteventura recaerá la responsabilidad de haber podido solucionar el problema del paro en las islas que gobiernan y no haber querido. Tan sencillo como lo contamos. Lo del petróleo es una obviedad. ¿Qué país rechazaría su extracción? ¿Saben Rivero y los suyos cómo viven, por ejemplo, los noruegos, con el petróleo del Mar del Norte? Vayan a Noruega y vean cómo están las playas; absolutamente impolutas, sin una bolita de piche. Y todos ricos. Pero no, estos están erre que erre, sin atender a razones, tan solo para salvarse ellos. Son unos egoístas, unos malos políticos y unos memos de mucha consideración. Y ahora quieren ir a vender sus absurdas ideas, primero a Madrid y luego a varias capitales europeas, presumiendo de ecologistas y haciendo demagogia con datos falsos y con hipótesis descabelladas. n fin, yo creo que no mucha gente les hará caso. Pero ellos venderán su idea como si fuera brillante. Lo del petróleo clama al cielo. Resulta que dependemos del turismo porque en lo demás somos más pobres que ratas. Resulta que aparecen bolsas de petróleo en el Atlántico, cerca de nuestras costas. Resulta que Repsol, una compañía española, las quiere explotar. Y algunos se oponen. ¿Ustedes lo entienden? Yo no.