El Cabildo de Fuerteventura incluirá en sus alegaciones contra el estudio de impacto ambiental de los sondeos petrolíferos previstos por Repsol en aguas próximas a Canarias, un informe de un científico que sostiene que se han manipulado datos para reducir los valores de riesgo e impacto.

Según informa el Cabildo en un comunicado, en sus alegaciones incluirá un estudio de un profesor e investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Jesús Cisneros Aguirre, que llega a esa conclusión tras elaborar un informe sobre el tratamiento de los cálculos de probabilidad, modernización numérica, plan de vigilancia ambienta y evaluación del nivel de riesgo.

Así, este doctor en Oceanografía Física y profesor de Contaminación Marina, asegura en su estudio que "se han manipulado prácticamente todos los parámetros posibles con el único fin de reducir los valores de riesgo e impacto ante un posible accidente", indica la nota.

El informe apunta a una de las herramientas numéricas que utiliza Repsol para intentar justificar un supuesto bajo riesgo en sus actividades, de forma que la petrolera obtiene "una probabilidad baja del suceso para que cualquier accidente pase por aceptable por muy catastróficas que sean las consecuencias y la zona afectada cuente con todas las protecciones ambientales posibles".

Este científico sostiene que este tipo de análisis de riesgo se llevan a cabo por las industrias más contaminantes y cita el caso del golfo de México, el suceso de Fukushima o los recientes vertidos de crudo en Nigeria, como ejemplos de la "delicadeza y poca entidad que tienen los análisis de riesgo, si no están realizados con una comprobación objetiva de sus resultados".

En el caso del estudio de impacto ambiental de Repsol, señala que "se llegan a valores tan ridículos que resultan totalmente absurdos e injustificables para cualquier ciudadano sin necesidad de ser un experto en la materia", asegura el Cabildo de Fuerteventura.

Para cada parámetro se dan en el mismo estudio varios valores, para después "sin una adecuada justificación seleccionar el más conveniente para rebajar el resultado del riesgo y del impacto", señala Cisneros, de acuerdo con el extracto de su estudio que ha difundido el Cabildo majorero.

Añade que los modelos de posibles riesgos y daños "están realizados por una empresa privada dependiente de las empresas petroleras", por lo que considera que cualquier información adicional o aclaración sobre el modelo, sus limitaciones o certificaciones "son imposibles y pasan obligatoriamente por el cliente que ha contratado sus servicios".

El estudio de Cisneros también advierte de que en el informe de encargado por Repsol se "desoyen" las indicaciones de los organismos internacionales y nacionales con experiencia en el tema, como es el centro de experimentaciones CEDEX, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.

Sobre medidas preventivas y correctoras, el científico señala en su informe que en caso de derrame no hay manera de contenerlo en la menor área posible", como apunta el estudio de Repsol.

Según Cisneros, en mar abierto las barreras de contención no funcionan y solo se pueden realizar vertidos de dispersantes que no hacen sino aumentar la contaminación, con resultados efectivos más que dudosos, pues se trata de productos potencialmente muy dañinos para el ambiente cuyos efectos aún se desconocen.

En su estudio, este científico de la ULPGC, subraya que es "importantísimo" organizar un sistema de telecontrol de todos los procesos de extracción y funcionamiento, especialmente de los que sean más susceptibles de producir contaminación.

Añade que este dispositivo debe ir acompañado por un sistema de alarma en tiempo real, con sensores para cada parámetro contaminante colocados alrededor de cada plataforma y a lo largo de las costas para poder actuar inmediatamente en el caso de producirse cualquier tipo de contaminación.