COGIDITOS de la mano aparecieron, en la ya extinta Fitur, el presidente Rivero y el candidato socialista a la presidencia del Gobierno de Canarias, José Miguel Pérez. La cosa promete. Igual acaba en boda postelectoral, que es lo que nos estamos temiendo. Seguimos preguntándonos muchos, este cronista el primero: ¿por qué Coalición insiste en un pacto con los perdedores?

Los caminos del señor Rivero son inescrutables, así que sentémonos en la puerta de nuestra casa a ver pasar a la primera víctima. Sustanciados, o casi, los pactos entre nacionalistas, ahora queda la traca. Paulino sonríe y con motivos: las encuestas le dan fetén, tan fetén que hay quienes hablan de 23-24 parlamentarios. Y eso que aún no ha venido a predicar a las islas López Aguilar. Cuando llegue semejante personaje, igual la cuota de CC se dispara.

Alegre estaba Pérez (José Miguel) y triste estará Pérez (Santiago). Este es un partido de "me lo dijo Pérez" porque existe otro Pérez (Julio), que igualmente toca palmas. Menos mal que Aurelio se llama Abreu. ¿Por qué toca palmas don Julio? Pues porque el juzgado civil número 6 de los de Santa Cruz (así se decía antes) le ha dado la razón al partido frente a las apetencias del "corralito" (por Corrales, ¿lo han cogido ustedes?). Nada de ilegal en la decisión de Tenerife/Ferraz de crear gestoras. Viene a decir el señor juez que si no están contentos en este partido que se vayan a otro, pero que sus decisiones hay que acatarlas. Ergo, han perdido y tendrán que pagar las costas del proceso. Ya han anunciado que recurrirán. Pues más costas.

Y así transcurren los días; los almendros de Vilaflor han florecido, concediendo a los caminos una blancura preciosa. Animo a los contendientes políticos a que suban y bajen por las vereditas de Trevejo y comprueben lo benigno y glamoroso de ese paisaje invernal, que cautiva. Así serenarán el ánimo y serán mesurados en los juicios y no se pelearán como perros y gatos cuando sea menester.

Porque nos esperan días duros hasta mayo, que es el mes de las flores, pero que en política será el mes de las espinas. Y eso que no ha venido López Aguilar con sus cargas de profundidad, su traje de Ricardo Corazón de León y su verborrea de metralleta del Oeste. Ay, la que nos espera porque sí ha anunciado que volverá. Lo que ocurre es que a lo mejor al PSOE no le interesa que abra la boca. Y le nombra una gestora de sí mismo para prohibírselo.