LOS DOS partidos "estatales" han lanzado un órdago a las autonomías y a su gasto desorbitado: hay que devolver competencias al Estado. Un país que no ha sido capaz de convertir al Senado en cámara territorial, como clamaba a gritos el sentido común, vuelve ahora a los orígenes y se da cuenta, en plena debacle económica, de que la actual estructura de España ha duplicado y hasta triplicado la burocracia y la ha encarecido. Los catalanes han puesto el grito en el cielo. En el fondo, dicen, lo que quieren ahora es cargarse Cataluña. A nosotros nos importa menos Cataluña y mucho más Canarias. Estas Islas, perdidas en el Atlántico y conquistadas por España a fuerza de arcabuz, tienen que valerse por sí mismas más temprano que tarde. Restar competencias a su Gobierno autónomo sería un despropósito. Canarias sí que es diferente. Es más que una autonomía; es una nación rodeada de mar y de distancia de la metrópoli. Nosotros no podemos tolerar que el Estado Español meta más sus garras en nuestras cosas y sí exigir que nos suelte las amarras de una vez. Demostrar que podemos valernos por nosotros mismos.

Por eso no dejamos de clamar por la unidad nacionalista, que combata precisamente esos deseos de los partidos estatalistas; aquellos que proponen que los logros conseguidos en los últimos años vuelvan al Estado. Evidentemente, con una excusa de peso: que el gasto autonómico es desorbitado. Pues claro que lo es. Y cuando Cataluña protesta porque sostiene a una buena parte de España, no se da cuenta de que también viven los catalanes a costa de los mercados españoles. ¿O cuál, si no, es el mejor cliente de Cataluña?

Canarias, no. Canarias puede diseñar su futuro perfectamente, con distintos parámetros que cualquier otra autonomía: tenemos algo que nunca ha fallado, el turismo. Pueden instalarse industrias de alta tecnología en las Islas. Tenemos que buscar mercados para nuestra fruta y organizar el interno de los productos que necesitamos. Les aseguramos que no es tan difícil. Y regular la expansión demográfica, basada en normas modernas y objetivas, como hace cualquier país que no quiere ser desbordado por la inmigración. Y para garantizar nuestro bienestar y el empleo. El Estado de las Autonomías va a recibir heridas de muerte. Ya se está viendo venir esta batalla. No es cosa del PP, sino también del PSOE. Para conseguirlo es preciso combatir a los nacionalismos, que es lo que se está haciendo. ¿O ustedes creen que Zapatero se acuerda ya de CC? Y el que venga, tampoco. Y, desde luego, Aznar y Rajoy, todavía menos. Lo venimos diciendo. ¿Con éxito? No sabemos. Con convicción, desde luego.