El Gran Telescopio Canarias (GTC) --ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma-- cumple su primer año con la próxima incorporación de su segundo instrumento científico, CanariCam, y prepara ya el camino hacia la tercera generación de instrumentos de observación para garantizar una vida útil de hasta medio siglo, según ha anunciado a Europa Press el director general de la empresa pública Grantecan, Pedro Álvarez.

El director general de Grantecan aclaró que el GTC puede estar operativo unos 40 ó 50 años a lo largo de los cuales tendrá hasta 12 instrumentos de observación diferentes, "cada uno adecuado a las necesidades de cada momento y a la tecnología disponible". El 90 por ciento de las 45 personas que trabajan en el GTC en La Palma se dedican a mantener el telescopio, "es una máquina muy compleja, no hay dos iguales y en todo momento necesita estar afinada".

Álvarez subrayó que mejorar continuamente el telescopio es responsabilidad de un heterogéneo equipo de profesionales, que incluye ingenieros, ópticos, astrónomos, entre otros, "para hacer permanentemente más potente" al GTC. Este objetivo cuesta unos 8,5 millones de euros al año, una cifra que sufragan en un 90 por ciento los gobiernos canario y central. El resto corre a cargo de otros dos socios, México y la Universidad de Florida, que financian un 5 por ciento cada uno.

El director del Grantecan destacó que construir el GTC fue "un gran reto para España que hasta entonces sólo había participado como socio en grandes infraestructuras científicas que hacían otros". Con el GTC, se logró además que la industria nacional participara "al máximo posible como entrenamiento o aprendizaje para aventuras futuras". El siguiente reto, agregó, es que "esa máquina de el mejor servicio, que permita a la comunidad astronómica española dar una salto cualitativo importante al disponer de esa infraestructura de la cual no disponen otros".

Más de cuatro meses después de que el Observatorio Austral Europeo (ESO) eligiera el cerro Armazones, situado en el desierto chileno de Atacama, para albergar el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT por sus siglas en inglés), en lugar del palmero Roque de los Muchachos, Álvarez admite que fue "una pequeña decepción, pero tampoco nos rasgamos las vestiduras, habrá más cosas en el futuro". El director del Grantecan añadió que, aunque "hemos perdido tenerlo cerca", la industria española que construyó el GTC está participando en el diseño del E-ELT.

TECNOLOGÍA PUNTERA

El GTC se inauguró el 24 de julio de 2009 y se trata del mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo --con un espejo primario de 10,4 metros de diámetro-- aunque lo más importante en este caso no es el tamaño sino que trabaja con la tecnología más puntera e ingeniosa de la Astrofísica moderna, según se informa desde el IAC. De hecho, se ha convertido en el trampolín para algunas de las empresas españolas que lo construyeron y que, ahora, son proveedoras de esta tecnología para otros grandes proyectos. Además, la ESO (Organización Europea para la Investigación Europea en el Hemisferio Austral) utiliza el GTC como banco de pruebas técnicas para el megatelescopio de 40 metros que piensa construir en Chile.

El GTC es una iniciativa liderada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y gestionada por la empresa pública Grantecan, participada por la Administración del Estado (Ministerio de Ciencia e Innovación) y el Gobierno de Canarias, a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder) de la Comunidad Europea. Además, cuenta con la participación de México, a través del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México) y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, y de Estados Unidos, a través de la Universidad de Florida.

En este año, el GTC ha dado a los astrofísicos peticionarios datos observacionales para que empezasen a hacer ciencia con ellos. Los científicos se han valido de este instrumento para, como ejemplo más reciente, descubrir potasio en dos planetas extrasolares con una nueva técnica que abre las puertas a la caracterización de atmósferas de planetas habitables y algunos equipos internacionales han destacado que se trata de un instrumento que puede hacer lo que se creía exclusivo de los telescopios espaciales.

Además, GTC ha logrado elaborar un nuevo sistema de detección de planetas fuera del Sistema Solar, observar exóticas estrellas de neutrones, descubrir que fenómenos hacen despertar a los cuásares o hacer interesantes seguimientos a asteroides, entre otros.

AJUSTES

GTC es en sí mismo un gran prototipo ya que muchos de sus elementos técnicos son únicos y han sido diseñados y fabricados para este gigante con la supervisión de Grantecan. Para este tipo de máquinas científicas no hay piezas fabricadas en serie ni soluciones anteriores que sirvan. Esto lo convierte en un reto técnico constante y ha generado muchos problemas en este primer año de vida, algo común a otras grandes instalaciones científicas como el LHC o el telescopio espacial Hubble.

Por ello, durante los primeros meses tras su inauguración, el GTC ha tenido que dedicar el 50 por ciento de su tiempo sólo a ajustes técnicos y en la actualidad, continúa destinando un 20 por ciento de su tiempo a estos quehaceres. Algunos de estos problemas han venido por ajustes en el instrumento de primera luz de GTC: Osiris, en su mayor parte ya solventados, y con la compuerta de observación de la cúpula que tiene dificultades en el sistema de apertura y cierre.

En estas semanas está prevista la colocación del segundo instrumento de GTC: CanariCam. Será el ojo que busque la formación de estrellas y de planetas al trabajar en el rango infrarrojo medio, invisible para el ojo humano, que permitirá el estudio de campos magnéticos y de las características de los granos de polvo a partir de los que se forman las estrellas y los planetas.