LA VERDADERA descolonización significa, ante todo, la destrucción del viejo sistema colonial. Significa también la reconstrucción de las relaciones humanas para crear un nuevo sistema, un sistema republicano, es decir, una República Federal, la nación que todos deseamos y luchamos por ella.

La sociedad colonial que sufrimos nace de una conquista violenta y salvaje impuesta por la metrópoli. Se mantiene por la violencia que aflora en determinados momentos históricos, cuando el colonialismo se siente amenazado en sus injustos fueros. Se mantiene fomentando un sistema de pleitos insulares y entre grupos políticos o económicos para que no pueda cristalizar una unión de los patriotas canarios. Claro que el pueblo canario acabará un día por levantarse contra el colonizador e intentar terminar con esa violencia de siglos, destruyendo el sistema colonial a través de la justa lucha por la descolonización. La libertad no se regala, se arranca.

Lo que nosotros, los independentistas, buscamos es acabar con la violencia del sistema colonial que perdura aquí desde hace seis siglos, saliendo a la calle y ganándola para luchar pacíficamente por nuestros justos y legítimos derechos nacionales. La lucha por la descolonización e independencia nos ha ido quitando ese complejo de inferioridad y de aplatanamiento que nos achaca el colonizador, nos desintoxica y nos da ánimos cada día, porque nos sabemos imbuidos de una idea fuerza que no tiene nuestro adversario. Cuando la gran manifestación del 24 de octubre de 2009, en conmemoración del 45 aniversario de la bandera tricolor de las siete estrellas verdes en la ciudad de Aguere, el colonialismo y sus esbirros se quedaron asombrados, sobre todo cuando sintieron ese nuevo espíritu de lucha popular que se veía en las calles laguneras y el contento de los más de 3.000 patriotas de todas las edades e islas que se manifestaron, entusiasmo que se volvió a plasmar en la gran manifestación del 6 de marzo en Las Palmas de Tamarán bajo la consigna unitaria de "Descolonización e independencia".

Tiene que quedar muy claro que quien trajo un día la violencia a estas tierras africanas fueron las hordas europeas mandadas por Jean de Bethencourt, Pedro de Vera, Juan Rejón, etc., y sobre todo por aquel bandolero español llamado Alonso Fernández de Lugo y de las Casas, natural de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), traficante de esclavos por cuenta de la casa ducal de Medina Sidonia, quien fue la que le prestó los dineros para la soldadesca, y el que terminó la conquista en la isla de Chinet o Tenerife y Benahoare, La Palma, y que acabó su aventurada vida de bandolero siendo envenenado por sus propios hijos, según los archivos franciscanos (ver artículo de fray Antonio Arévalo Sánchez, cronista de la Provincia Bética Franciscana, "Adiós, Cristo de La Laguna", del martes 3 de agosto de 2010, pág. 7, de EL DÍA). Todas las islas conocieron aquella violencia a cual mayor, siendo La Gomera donde más se ensañaron con los horribles crímenes de Beatriz de Boadilla y Pedro de Vera.

Las estructuras y las costumbres de una sociedad pacífica pastoral que llevaba conviviendo más de mil años en estas islas fueron destruidas por las armas para imponerles unas estructuras medievales de conquista, arrancando la propiedad de las tierras comunales y las fuentes de las aguas de los guanches para distribuirla entre los conquistadores y pobladores europeos. Esto es la historia pasada, nos dirán, pero no se puede ignorar. Pero en el momento actual lo que buscamos los patriotas es nuestra soberanía, y para ello debemos destruir el sistema colonial que se ha ido imponiendo a lo largo de los siglos. A través de nuestra lucha de liberación nacional típica, queremos acabar con el sistema caduco colonial para instalar una república democrática, federal, social y laica que garantice una verdadera igualdad entre los ciudadanos canarios de la República Federal Canaria, sin discriminación ninguna, como ha explicado y difundido nuestro partido político, el Congreso Nacional de Canarias (CNC ), a través del Anteproyecto de Constitución publicado íntegramente en este periódico durante seis meses (septiembre 2007/marzo 2008). Es una lucha nacional para la cual nos venimos preparando desde hace 46 años, para destruir el régimen explotador de la colonización, y no es una lucha contra el pueblo español, sino una lucha por un futuro mejor en el sentido histórico de la Humanidad, y no una vuelta al viejo y decadente feudalismo monárquico y sucesivas estructuras que nos impusieron y nos han impuesto los conquistadores españoles y sus herederos.

Los observadores políticos democráticos internacionales y cuantos siguen la cuestión canaria en estos momentos deben saber cuál es el fin de nuestra lucha y las aspiraciones de nuestro pueblo. Es por ello que, cuando se lee y analiza la prensa publicada en estas islas, han de tener en cuenta los observadores que la mayoría de la misma, salvo excepciones como el periódico independiente EL DÍA, está controlada por la metrópoli colonial o por los grupos económicos insulares caciquiles que están al servicio de Madrid, o los grupos ibéricos capitalistas del periodismo y radio, o por los mismos autonomistas, falsos nacionalistas de pacotilla. De ahí el interés de que conozcan bien el Anteproyecto citado, pues son las propias Naciones Unidas las que exigirán un proyecto de Constitución al territorio que se debe descolonizar, como sucedió con la Guinea Ecuatorial en 1968. Claro que los partidos independentistas en aquella época en la colonia, en vez de hacer ellos una Constitución que tuviera en cuenta la situación en la misma, encargaron a un notario español de Madrid, el Sr. García Trevijano, que se la preparase, y así salió, pues la hizo expresamente para que saliese mal.

Desde el CNC y el MPAIAC siempre hemos exigido a la metrópoli el reconocimiento, ante todo, de la personalidad canaria y de nuestra soberanía. Ya a finales del siglo XIX, el gran patriota Secundino Delgado lo exigía en Venezuela a través del periódico El Guanche, segundo periodo del periódico El Guanche tinerfeño, publicado a mediados de siglo. En el tercer periodo, publicado en La Habana en 1924, se insistía en lo mismo, aunque al estar ambos en la lejana América y no tener un partido en el interior de las islas la influencia sobre los canarios fue mínima. Por ello, al constituirse nuestro partido independentista en 1985, el CNC, como brazo político del Movimiento de Liberación Africano, el MPAIAC, y establecer como órgano oficial de difusión del CNC a El Guanche (cuarto periodo), seguimos insistiendo cada vez con más fuerza en el reconocimiento de nuestra personalidad y en la reivindicación de nuestros justos y legítimos derechos nacionales y de nuestra soberanía, la cual hoy en día la reclama también la línea editorial del único periódico independiente de Canarias, EL DÍA. Una de las bases fundamentales de nuestro planteamiento político es el reconocimiento de la personalidad del canario, es decir, que es aquel que desciende de canarios, padres, abuelos u otros ascendientes, lo que en derecho internacional se denomina el "ius sanguinis"; y todos los nacidos en Canarias, lo que se denomina el "ius solis". Como es lógico, los españoles y los propios autonomistas canarios están en contra, pues quieren que se aplique también el "ius residentia", para así considerar como canarios, a efectos de la mascarada de elecciones, a todos los extranjeros, incluidos españoles, que viven en las Islas.

Hasta ahora, con el cuento que dicen los españoles y sus colaboradores autonomistas, calculan que hay más de dos millones de canarios en las islas, y de esta manera siempre nos tendrán controlados, pues los canarios no llegan en las islas a un millón. Entre españoles y otras nacionalidades, pasan del millón y cuarto, y la tendencia es meter cada día más extranjeros en las islas para acabar ahogando a los canarios, como está haciendo Francia con la Nueva Caledonia o en Córcega, por ejemplo.

Todo esto viene porque la metrópoli prepara las elecciones del próximo año, donde participan todos los partidos colonialistas españoles, PSOE, PP e IU, y fomenta también la participación de los autonomistas obedientes, e incluso otros pequeños partidos llamados nacionalistas tapados, porque sabe que siempre ganarán ellos no sólo por la gran cantidad de españoles residentes en las islas, que votarán siempre a partidos españoles, sino porque también entra en juego la ley electoral d´Hont, ley belga que impusieron los partidos de la metrópoli en España y territorios dominados para ganar siempre los partidos españoles mayoritarios. Además, como este territorio colonial forma parte de una supuesta Gran Europa que llega hasta la Guayana francesa en América, incluso los europeos residentes en Canarias tienen derecho a votar, lo que quiere decir que si no nos despertamos pronto los canarios tendrán incluso entre todos derecho… a botarnos fuera de Canarias. ¡Que emigren como de costumbre, dirán los españoles por lo bajini!

¡Este año 2010 debe ser el año de la toma de conciencia plena de nuestro pueblo patriota, pues el futuro de nuestra soberanía depende de ello, ya que no queremos una solución neocolonialista que conserve las estructuras coloniales, sino nuestra libertad e independencia para crear la República Federal Canaria!

el MPAIAC

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