Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP) emplearon ayer todos sus escaños para dar carpetazo al plan de austeridad presentado por los socialistas, que busca ahorrar cinco millones de euros anuales a la Comunidad Autónoma con medidas como la supresión de consejerías y de altos cargos en el Gobierno regional.

La iniciativa generó una encendida polémica en lo referente a la propuesta socialista para incrementar las inspecciones fiscales a las rentas altas, pues el rechazo que mostró el diputado popular, Miguel Cabrera, fue interpretado como una invitación al fraude fiscal por parte del portavoz socialista, Francisco Hernández Spínola. Cabrera, visiblemente molesto, pidió la palabra por alusiones, pero el presidente del Parlamento, Antonio Castro, se la negó, por lo que Cabrera demandó a Castro que se aprenda el Reglamento de la Cámara.