«El día de la Cacharra», artículo de Cristo Hernández

bombilla.

SECCION: La bombilla

TITULAR: El Día de la Cacharra

AUTOR: Cristo Hernández

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En todo hogar canario que se precie no falta la cacharra del gofio. Esta cacharra suele ser una lata reciclada que una vez sirvió para alojar solo dios recuerda qué manjares, pero que ha cruzado las fronteras del espacio y del tiempo en un rincón de la despensa para que sigamos abasteciéndonos de ese bendito alimento que es el gofio.

Mi abuela llamaba también cacharra a cualquier aparato o engendro, mecánico o no, capaz de emitir un sonido que, a sus oídos, resultaba excesivamente desagradable; tal vez porque la cacharra es hermana del cacharro que todos sabemos a qué suena. ¡Apaga esa cacharra, que me tienes loca! ¡Sale p’ afuera con esa cacharra!

El partido del pasado domingo entre el CB Canarias y el FC Barcelona (71-60), al margen de constituir otro gran hito en la historia del club y del baloncesto tinerfeño, fue el partido del triunfo de la cacharra, el Día del Orgullo de la Cacharra, una nueva forma de animar que nos hemos inventado en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna.

Más de cinco mil cacharras tronando en el cielo de los Majuelos derrotaron a todo un FC Barcelona que llegaba al Día C (el de la cacharra) con la vitola de equipo invicto por el club aurinegro.

Desde el preámbulo del partido se empezaba a mascar la victoria en una cancha llena hasta el electrónico, donde la animada feligresía se había encontrado en sus asientos con un pedazo de cartón para armar la cacharra. ¡Bendito trabajo de pretecnología!

Los Doce de Vidorreta fueron superiores durante los 40 minutos, incluso en el segundo cuarto, cuando cedieron momentáneamente las riendas del partido a los culés para retomar la vanguardia del marcador tras el descanso. Un segundo cuarto que sirvió de lenitivo a un arranque fulgurante de partido donde los tinerfeños pronto se pusieron por delante en el marcador con diferencias nada descacharrantes, como así demostraba el parcial del primer cuarto (23-15).

La victoria del domingo se volvió a fraguar de nuevo en la defensa y se consolidó en el ataque donde los aurinegros realizaron uno de sus partidos más completos a pesar de los malos porcentajes de tiro que rezan en la estadística, pues fueron, sin duda alguna, mejores en todo que su rival, tanto en el tiro exterior como en el juego bajo el aro, donde destacó por encima del resto el titán ateniense, Giorgos Bogris (18 puntos y 11 rebotes).

El partido se empezó a apuntalar con el tiro exterior, una de las señas de identidad de un equipo donde toda su plantilla, exceptuando los tres pívots natos, es capaz de anotar de tres puntos. Y así Doornekamp puso la simiente en el primer cuarto con un prometedor 3/3 que fue secundado por White, San Miguel y Hanley, todos ellos con porcentajes muy por debajo de lo decoroso estadísticamente.

Pero la cosa no quedó en otro festival de tiro al aro, más o menos fructífero, pues en la segunda parte los aurinegros exploraron otros territorios del ataque con más juego al poste bajo de nuestros pívots, penetraciones de los bases en la zona, un buen rebote ofensivo… Todo ello aliñado con lanzamientos de larga distancia más comedidos pero certeros.

El CB Canarias fue más contundente que el FC Barcelona en el rebote (37 rechaces, 14 de ellos en ataque), fue más generoso que el rival (19 asistencias), fue más pillo (6 robos) y cometió menos errores (7 pérdidas). Estas estadísticas vienen a corroborar que los canarios salieron a por el partido, a conjurar el sambenito del único equipo en ACB al que nunca había derrotado. ¡Y vaya que lo consiguieron!

Llevados en volandas por la música de cacharrería, los Doce de Vidorreta remontaron en el tercer cuarto la diferencia de cuatro puntos que se llevaron a rastras al vestuario en el descanso, encauzaron el partido y ya no dieron ninguna opción hasta el final a un FC Barcelona cuyo banquillo oscilaba entre el cabreo de Bartzokas y el desánimo de quienes esperaban sentados su turno para ingresar en el terreno de juego.

Más allá de los números y de las actuaciones individuales habría que destacar la labor de un equipo donde todo el mundo aporta: puntos, rebotes, asistencias… Lo que sea. Pero, sobre todo, defensa. Como ayer demostró Marius Grigonis que no estrenó su casillero anotador, pero tampoco dejó que los Koponen, Oleson o Navarro fueran las estrellas rutilantes de otras tardes de gran baloncesto.

Tras esta victoria, el CB Canarias termina la primera vuelta como tercer clasificado con 12 victorias, sólo por debajo del Real Madrid (13) y Valencia (12), ganándose el derecho a ser cabeza de serie de una Copa del Rey de las más igualadas de los últimos tiempos, donde esperamos que siga sonando la cacharra.

¡VAMOS CANARIAS!