«Vía Fotis», por Cristo Hernández

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SECCION: CRÓNICA AMARILLA

TÍTULO: Vía Fotis

AUTOR: Cristo Hernández

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«Los caminos que conducen a la acrópolis del triunfo pueden ser muchos y variopintos, pero el más directo de todos es el que podríamos denominar “Vía Fotis”. Todo equipo dispone de una vía Fotis cuando las cosas no marchan bien, se ponen peludas (que diríamos por estos lares) y empiezas a encadenar un tropezón tras otro. 

En el caso del Iberostar Tenerife, tiene el lujo de disponer en sus filas con el titular de esta expresión y para entender su significado se tendría que haber asistido al partido que los aurinegros disputaron el pasado domingo en el Santiago Martín contra el Baloncesto Sevilla y que terminó con el elocuente resultado de 82-61.

El encuentro arrancaba con la partitura a la que ya nos tiene acostumbrado en las últimas funciones el equipo tinerfeño: una obertura fría y desangelada con un conjunto desafinado en ataque y con demasiados errores en la ejecución, cosa  que permitió a los visitantes llevarse los dos primeros cuartos sin mostrar demasiadas hechuras para merecerlo, salvo el acierto desde el 6,75 y las buenas maneras de Hernangómez.

Si bien es cierto que los canaristas se afanaban en defensa, sin embargo faltaba esa pieza para encajar el engranaje de una máquina que siempre se ha caracterizado por su “reprise” y velocidad.  En otras palabras, no se lograba la suficiente tensión defensiva para robar balones y poder correr a toda mecha hacia el aro rival.

Pero en el segundo tiempo, tras otra nueva salida en falso que colocó a los de Audie Norris con nueve puntos de ventaja, se consiguió el ajuste óptimo del motor tras una definitiva parada en boxes en la que Alejandro Martínez decide dejar en el banquillo a Blagota Sekulic y volver a dar la alternativa a Fotis Lampropoulos, que en el primer tiempo ya había mostrado (con más coraje que efectividad) que era la vía a seguir.

Hay algo en el espíritu y en el carácter de los griegos que los asemeja al ave Fénix. Han pasado der ser la nación más gloriosa del planeta (cuna de nuestra civilización) a convertirse en un lugar desolado por la crisis donde ha acampado la miseria y el infortunio. Pero como pueblo siempre han sabido salir del atolladero y así lo ha demostrado el espíritu combativo de una nación que ha sobrevivido a la invasión de grandes imperios como el romano, los turcos o la Alemania Nazi.

Algo de ese carácter y de esa motivación de ave Fénix es la que lleva a un equipo a bajar el culo en defensa, a dar un paso adelante en la presión y robar balones y correr y correr y… llegar a creerse que hay una vía (la Vía Fotis) para recuperar el carácter de un equipo que había perdido por momentos la identidad.

Algo de ese carácter de ave Fénix es lo que pudieron observar con perplejidad en el partido del pasado domingo aquellos que no daban un dracma por el equipo aurinegro y que ya estaban preparando el óbolo para colocar al muerto en la lengua y enviarlo al más allá de la LEB Oro. Pero el Iberostar Tenerife demostró ante el Baloncesto Sevilla que por sus venas sigue corriendo la sangre y que este muerto está muy vivo.

¡VAMOS CANARIAS!

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