La «otra» imagen del Uxúe Bilbao Basket

PUBLICADO POR EL PERIODISTA J.M. CORTIZAS EN EL CORREO.

La situación ha pasado ya del secreto a voces. Bastante contenida está la actualidad del Bilbao Basket, de puertas adentro, con la situación límite que vive su tesorería. Primero fue el incumplimiento por parte de la Diputación del convenio por el que el club de Miribilla debería haber recibido 1,9 millones de euros esta temporada. Al mismo tiempo surgió el ‘affaire’ con el anterior patrocinador, saldado con un acuerdo de 750.000 euros, la mitad aproximadamente de lo que la entidad había contabilizado en el arranque del ejercicio. Y ahora puede salirle el tiro desviado con Uxue, el sponsor que surgió hace tres meses de la nada y que está a punto de no abonar los 900.000 euros firmados como aportación para esta campaña. El plazo para hacerlo concluye el domingo (el compromiso era finiquitar el pago durante el primer trimestre) y es ya una realidad que el dinero no llegará en dicho plazo. De hecho, aún no ha habido ingreso alguno remitido por la empresa bioenergética.

Fuentes del club no ocultan la gravedad de la situación en la que se ha visto envuelto «y que pone en entredicho la viabilidad del final de la temporada». Paradojas de la vida. Cuanto peor es la salud económica mejor resulta la deportiva. Y eso que los principales damnificados son los jugadores y el primer técnico, que acumulan varios meses impagados, amén de cantidades pendientes de otros ejercicios. El grupo ha aceptado, al principio sin rechistar y ahora con más resignación que paciencia, varios cambios en sus calendarios de cobros. Nunca han dejado de entregarse al trabajo (hay ejemplos en otros clubes en los que ante este tipo de situaciones se escucha que «el último cierre la puerta»), se han clasificado para la primera final europea del club y mantienen su grado de implicación como el día que estamparon sus firmas en contratos que no se están cumpliendo. El Bilbao Basket no esconde su responsabilidad, pero reitera que esta situación no se debe a «negligencia» alguna, ya que cuando elaboró el presupuesto anual «teníamos firmados 3,4 millones», entre Diputación y Gescrap, de los que sólo se recibieron los citados 750.000. Y ahora tampoco llega el dinero de Uxue en el plazo previsto, que en sí no es suficiente para afrontar los compromisos.

Uxue irrumpió en escena en un momento crítico para la franquicia, cuando coincidieron en el tiempo la sequía de sus dos principales fuentes de ingresos al margen del montante acumulado por la venta de abonos y entradas. Llamó la atención la cuantía del compromiso alcanzado para patrocinar al equipo y colocar la flor de colza en su camiseta por parte de esta campaña y otras cuatro más a razón de 900.000 euros para este calendario y 1,5 millones para los siguientes. Amplió más aún la sorpresa el hecho de que el patrocinador reconociera llegar de un momento de indefinición que estuvo a punto de paralizar la actividad de su negocio, reanimada meses después por los cambios favorables habidos a escala de la Comunidad Europea en lo referente a su actividad bionergética.

Es un hecho que el día a día de la entidad baloncestística resulta complejo. En lo deportivo, la franquicia marcha a toda vela, pero hay una gran realidad: el mercado no cesa y hay varios hombres de negro muy apetecibles en competiciones de otros países y seguro que no faltará quien quiera pescar en aguas revueltas. Los hombres de negro prefieren hablar en el campo y no dejarán de hacerlo teniendo una final por delante.

«VOY A CUMPLIR», DIJO EL PRESIDENTE DE UXUE

Sergio Castro, presidente de Uxue, atendió el miércoles a ELCORREO para dar su punto de vista sobre una situación cuando menos incómoda. El empresario asume que los 900.000 euros pactados para ser abonados durante el primer trimestre no llegarán en el plazo previsto, pero reitera su compromiso. «Voy a cumplir. Puedo tardar un poco más, pero que voy a pagar lo pueden tener por seguro el club y los jugadores, que es en quien más pienso en estos momentos».

Según Castro, su relación con el Bilbao Basket, del que forma parte de su consejo de administración, sigue siendo cordial y «la claridad es meridiana. Cada día estoy más comprometido y me siento un aficionado más del Bilbao Basket». La tranquilidad que quiere emitir con sus declaraciones la concentra en los pasos que ha dado para hacer frente al pago del patrocinio firmado con la franquicia vizcaína. «El club sabe que hemos redactado un aval por una cantidad superior a la aportación de esta temporada. Tienen los datos y la próxima semana recibirán el documento definitivo. Además, les he pedido un nuevo calendario de pagos que consiste en abonar el cincuenta por ciento del patrocinio de esta temporada en los primeros quince días del mes de abril y la mitad restante en un plazo no superior a un mes contado desde esa fecha. El hecho de que voy a cumplir está asegurado», comenta.

Tampoco tiene dudas Sergio Castro sobre el futuro de su relación con el Bilbao Basket. «Continuaremos», repite categórico mientras repasa los problemas a los que ha tenido que enfrentarse para dar forma a un nuevo grupo empresarial que le permitirá «reafirmarnos como líderes en nuestro sector». Afincado ya en tierras vizcaínas, será un integrante más de la marea negra en la final de Charleroi y mantiene su asistencia en directo a los partidos de Miribilla, como se recoge en la fotografía de esta página tomada durante la vuelta de la semifinal ante el Budivelnik Kiev el pasado miércoles.

Se lamenta del daño que ha recibido «mediáticamente» y explica que «cada vez que han salido informaciones falsas sobre mí he tenido que perder quince días en dar explicaciones y así no se puede avanzar». Asegura que su patrocinio ha supuesto «un paso fundamental para el club» y en su descarga trufa sus comentarios. «La situación económica que vive el club no se debe sólo a mí», apunta en relación a los patrocinios firmados con que inició la campaña el Bilbao Basket y que no acabaron traducidos en entradas en caja.

Por tercera vez en la conversación es contundente. «Voy a cumplir. La decisión de estar aquí la tomé yo y quiero que los jugadores estén tranquilos porque en la cantidad que yo tengo que aportar, el dinero llegará».