El homenaje gráfico de Rafael Maceira al capitán RICHOTTI

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«ADN RICHOTTI: LA LEYENDA DE NR5»

ARTÍCULO DE OPINIÓN DE:

RAFAEL MACEIRA

«De trabajar en una gasolinera italiana y tener que pararse mucho a pensar antes de comprar zapatillas deportivas nuevas, a levantar la copa de la Basketball Champions League como capitán más de una década después. Estos son dos momentos opuestos en la vida de un jugador de baloncesto muy especial tejidos por un mismo hilo: una confianza inquebrantable en su baloncesto.

Pero permítanme presentarles de nuevo a Nicolás Richotti, un escolta singular que el próximo octubre cumplirá 33 años salido de esa cantera infinita de buenos jugadores argentinos de Bahía Blanca como, antes que Nicolás, hiciera también su padre Marcelo. Muchas cosas bien debió hacer este entrenador bahiense (otrora base) y su familia, para ayudar a urdir al Nicolás Richotti que conocemos hoy: un jugador labrado en humildad, esculpido incansablemente a través del trabajo diario, moldeado por su talento innato y movido por un fiero espíritu ganador.

Pues bien, el Club Baloncesto Canarias acaba de cerrarle a Richotti la puerta de acceso a la cancha para abrirle la de sus despachos al ejercer la cláusula de desvinculación y ofrecerle un puesto en su organigrama. Los responsables de esta decisión, que han tomado cuando aún le restaba una temporada de contrato, son exactamente los mismos que han obtenido los logros más importantes de la historia del club precisamente con Richotti como capitán. Solo ellos saben exactamente los motivos que les ha impulsado a decantarse por esta opción. Estoy seguro de que no ha sido una decisión sencilla y que la han tomado persiguiendo lo mejor para el equipo. Recordemos que tanto el entrenador, Txus Vidorreta, como el director deportivo, Aniano Cabrera, han sido reconocidos como los mejores en su trabajo con importantes distinciones nacionales por sus logros al frente del equipo. Imagino que al final todo se resume a una cuestión de confianza en las capacidades físicas y en el rendimiento del jugador. Personalmente, me hubiese gustado ver a Richotti más en cancha esta temporada. Opino que precisamente confiándole más minutos Nico al menos hubiese tenido la oportunidad de demostrar que puede volver a acostumbrarnos a ser un espejo de ese baloncesto inspirador y adictivo que tanto nos engancha. En cualquier caso es de agradecer el justo gesto que el Club Baloncesto Canarias ha tenido al retirar su camiseta y ofrecerle un puesto en el organigrama del equipo. Solo el tiempo dirá si acertaron o no. Dicen que el tiempo pone a cada uno en su lugar. Veremos que sucede…

Pero sea como fuere sé que Nico no va a darse por vencido mientras tenga salud y físico para seguir jugando. Y lo sé porque lo he visto reflejado muchas veces en sus ojos mientras le seguía desde la grada o le sacaba fotos desde la cancha. Lo sabemos todos porque lo comprobamos un millón de veces cuando tiró del equipo para ganar, y otras tantas cuando las cosas iban mal y era él precisamente el que más daba la cara por cambiar el sino del partido. Lo sabemos por como bregó incansablemente para salir de sus lesiones. Si a una cuestión de confianza y tiempo unimos el factor Richotti tengan por seguro que si hay opciones de alcanzar el objetivo propuesto muy probablemente se consiga. Lo sé porque así es el ADN de Nicolás Richotti: actitud positiva, coraje, lucha y humilde entrega. Tanto delante como detrás de los focos. Entrega sincera. Así. Sin más.

Solo los dioses del baloncesto saben cuando le llegará a Nico el momento de colgar las botas. Yo lo desconozco, pero estoy convencido que le va a sorprender a Richotti trabajando y esforzándose como en su primer día. Solo ruego que suceda dentro de unas cuantas temporadas de buen juego.

Querida familia aurinegra, bahiense, argentina y aficionados al buen baloncesto en general, permítanme la osadía de que sea yo, solo por un momento, el portavoz de todos ustedes. Un mensajero con el único propósito de trasladar estas sinceras palabras de agradecimiento a Nicolás Richotti:

“Nico, amigo, en estos nueve años nos diste mucho más de los que piensas. Del techo de nuestro pabellón colgará por siempre tu #5, abanderado del mejor juego y los valores del Club Baloncesto Canarias. Y abajo, en la cancha, resonarán eternamente los ecos de tus zapatillas entrando a encestar a tumba abierta, anotando canastas imposibles en posiciones acrobáticas y, sobre todo, levantando a tu equipo y a la grada en los días de partido gracias a tu incansable entrega el resto de la semana.

Nico, amigo, tú que tantas camisetas has firmado. Tú que siempre tuviste un momento para compartir con la afición después del encuentro. Regálanos ahora una última camiseta. La vamos a colgar bien alto. En el techo de nuestro pabellón. Ahí donde todo el mundo la pueda ver. Para obligarnos a levantar la barbilla al mirarla cuando las cosas vayan mal abajo. Para recordarnos que con humildad, entrega, determinación y coraje podemos sacar siempre lo mejor de nosotros tanto fuera como dentro de la cancha. Para que sirva de ejemplo e inspiración a futuras generaciones. Para que tu memoria sea infinita. Porque ya eres leyenda”.

¡Gracias #5!

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