«El griego es de Boca y de Boca no se va», en honor a Fotios Lampropoulos

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Boca se salvó del descenso y sigue en la Liga Nacional

En la Bombonerita, venció a Echagüe de Paraná por 98-76 y se quedó con la serie 3-2 para salvar la categoría.

Los que festejan son Delfino, Gianella, Lampropoulos, Gargallo, incluso el cuestionado entrenador, Ronaldo Córdoba. Pero también festejan el Mili Villar, Leo Gutiérrez, Paco Festa (que hoy sigue como asistente), Byron Wilson y tantos otros. Festeja la Liga Nacional toda porque, aunque se perdió una plaza importante como la que Atlético Echagüe representaba en Paraná, también es cierto que con Boca sobrevive una de las grandes patas de la competencia más importante del básquetbol argentino. Uno de los tres más campeones de la historia, uno de los tres que más temporadas lleva en la categoría, uno por el que han pasado incontables cracks. Después de una temporada nefasta, que lo condenó a jugar la serie de repechaje por la permanencia, y después de cuatro partidos durísimos, la Bombonerita explotó con el alivio de la victoria 98 a 76 que definió el pleito 3-2 a favor del equipo azul y oro.

Que Boca se jugaba todo lo dejó clara la salida de Fotios Lampropoulos como titular. El griego, con dos dedos de su mano derecha vendados, fue de lo mejor y más regular del equipo en el campeonato y no dudó en jugar este encuentro decisivo. Aunque se cargó con dos faltas rápidamente y debió salir.

Fue entonces (10-8) cuando entró Delfino, que se hizo cargo como su trayectoria, su calidad y sus pergaminos le demandaban. Entre él y Gianella, también de buen ingreso, estiraron la ventaja a 7 (22-15).

El segundo cuarto tuvo la aparición explosiva en las redes de otro de los que sostuvo las pocas esperanzas de Boca a lo largo del año: Lucas Gargallo, que metió 11 puntos en el parcial y lideró una escapada de los suyos hasta los 20 puntos (44-24). Sin embargo, el local se durmió (no por nada cayó en esta instancia, más allá de sus pocos buenos ratos de básquet) y dejó que la visita, con escasísimos recursos, se acercara a 13. Boca sacó enormes diferencias gracias al pésimo manejo de Echagüe: 17 puntos producto de pérdidas rivales -contra apenas 2- y 9-0 en transición.

Las diferencias fueron creciendo en el tercer cuarto, donde casi se terminó el partido. La altísima producción de Gargallo, con porcentajes irrisorios en el momento más importante del año, y el gran aporte de Cristian Amicucci con presencia en el tablero y unas ganas que contagiaban a cualquiera, fueron determinantes.

Devin Green y Josimar Ayarza fueron de lo poco que tuvo Echagüe, un equipo que, vistas sus tres actuaciones en Buenos Aires, tornó sumamente difícil el intentar comprender cómo llegó a forzar un quinto juego en esta serie. Así de mala, claro, fue la temporada de Boca.

La gente, que había llegado a la Bombonerita con esperanza pero también mucha preocupación, se dedicó a festejar en el último cuarto. Cantó contra River, cantó por Lampropoulos («el Griego es de Boca y de Boca no se va») y en contra del presidente Daniel Angelici, al que le dedicaron varios cantitos en forma de insulto. En definitiva, festejaron la permanencia, aunque quepa preguntarse si la presencia de uno de los más grandes de la Liga Nacional está garantizada para la próxima temporada.