Venezuela continúa pendiente del nuevo gabinete del gobernante Nicolás Maduro, que se espera desde inicios de semana, y de los próximos pasos del jefe del Parlamento, Juan Guaidó, autoproclamado presidente encargado del país y reconocido por más de medio centenar de naciones.

La expectativa por el nuevo gabinete de Maduro se percibe en las redes sociales, que el líder chavista usa y pide usar con frecuencia, pero en su aparición pública de hoy el mandatario se guardó para otro día los nombres de los elegidos.

Maduro hizo el miércoles una breve intervención en televisión para informar de que "la próxima semana" llegará al país desde Rusia un nuevo cargamento de medicinas, en medio de la severa escasez generalizada que atraviesa Venezuela.

El líder chavista no precisó que cantidad de fármacos ni bajo qué modalidad arribarán al país.

En febrero pasado, Rusia envió a Venezuela 300 toneladas de "ayuda humanitaria", justo cuando la oposición presionaba por el ingreso de las donaciones que se acopian en las fronteras de la nación petrolera.

Maduro afirmó que Venezuela mantiene una "sólida alianza" con China, India, Turquía, Irán, Bielorrusia y la propia Rusia para la adquisición de los principios activos de los fármacos que necesita el país.

En ese sentido, pidió a los responsables de la cartera sanitaria y a los científicos del país ir "preparando los protocolos de sustitución de importaciones" de estos componentes primordiales.

Horas antes, la Federación Médica Venezolana había acusado al Gobierno de Maduro de mantener una "agresión permanente" contra los profesionales de la medicina que exigen medicamentos y materiales para los hospitales públicos, severamente afectados por la crisis.

Hay una "agresión permanente y continua de parte de los directores de hospitales, orden dada desde el alto Gobierno en contra de los médicos venezolanos", dijo el presidente de la Federación, Douglas León, en rueda de prensa al condenar las destituciones de varios de sus compañeros.

Según León, al médico Ronnie Villasmil le fue allanada su casa en el estado venezolano de Carabobo (centro-norte) el pasado 15 de marzo tras denunciar la crisis de salud a la misión oficial de la ONU para los derechos humanos enviada a Venezuela.

Este miércoles también se esperaba que Guaidó anunciara los nuevos pasos de su gira por el país, con la que espera ganar adeptos que le ayuden a reclamar una oficina en el palacio presidencial de Miraflores.

Pero Guaidó no lideró actos públicos y apenas se comunicó a través de su cuenta de Twitter para referirse a la visita que dispensa al país la misión de la oficina de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, a la que volvió a pedir que se traslade a Venezuela.

"Sabemos la relevancia que puede tener una visita como esta. Y por eso mismo reiteramos nuestra invitación a la alta comisionada Michelle Bachelet", dijo el opositor.

Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta, padece una severa crisis económica que se manifiesta en escasez de alimentos y medicinas.

Maduro achaca la crisis a una "persecución" financiera y a una "guerra económica" de Estados Unidos, que lo presiona para que abandone el poder que ejerce desde 2013.

Pero la oposición venezolana, que no reconoce el nuevo mandato que juró Maduro en enero pasado, afirma que la política económica del gobernante chavista es responsable del la mala marcha de la economía.

Venezuela atraviesa una nueva fase de tensión política desde enero pasado, cuando Maduro asumió su nuevo período y, en respuesta, el jefe del Parlamento, Juan Guaidó se autoproclamó presidente de un Gobierno interino que ya ha sido reconocido por mas de medio centenar de países.