El presidente del PP, Pablo Casado, aseguró ayer que "nadie queda descolgado" tras la designación de los cabezas de lista para las elecciones del 28A, en las que realizó una amplia renovación, y defendió que el partido sigue "unido".

Durante su intervención en la presentación de los cabezas de lista, destacó el 80 por ciento de renovación de estos nombres y que casi la mitad de los números uno son mujeres, algo que no ha sido buscado sino que fueron elegidas por ser "las mejores", subrayó el dirigente. A quienes se puedan sentir desplazados por no figurar en estos primeros puestos, les ha dicho que "hay mucho más" que los números uno y aún quedan por completar todas las listas, así como elaborar las del Senado y las europeas. Así, finalizó su discurso instando a los miembros del PP a no "perder el tiempo" en interpretaciones sobre estas candidaturas o hacer caso de noticias falsas para intentar "dividir o distraer" al partido.

Al salir de la sala, volvió a señalar que "el partido está unido, orgulloso de su pasado y sobre todo ambicioso con su futuro", cuando se le preguntó si esta renovación tan amplia supone la desaparición del marianismo, en referencia a los partidarios del anterior presidente, Mariano Rajoy.

Casado se dirigió a los miembros del partido que han decidido dejar la actividad política para agradecerles su manera de hacerlo, en comunicación con la dirección nacional, y manteniendo el "compromiso generoso" de ayudar en campaña. Por eso, concluyó que el PP "sigue siendo un partido unido que no va a ponerse a evaluar lo que se ha hecho mal, un partido de valientes" y que los cabezas de lista presentados ayer son "un equipo orgulloso de su pasado con una renovación tranquila" que mantiene un "equilibrio" entre la juventud y la experiencia.

Un partido que inicia el "tercer capítulo de un libro", según denominó a su mandato, después del primer capítulo del congreso en el que fue elegido y el segundo, que fue la convención nacional programática de enero. Para el secretario general del partido, Teodoro García Egea, los candidatos que se presentaron son un grupo de personas "dispuestas a dar la batalla por el PP y por España" y el equipo que conseguirá echar a Sánchez de La Moncloa y hacer presidente a Casado.

La cabeza de lista del PP por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, defendió su candidatura como un gesto de "impugnación" del proyecto nacionalista catalán. Señaló que el procés es "un gigantesco proyecto de extranjería, xenofobia e intolerancia". Los dos exministros del Gobierno de Rajoy que lideran listas, junto con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, defendieron la renovación de listas, pero que se mantengan los mismos principios. El exministro de Justicia Rafael Catalá dijo que el PP es el "mismo barco" que con los dirigentes anteriores, y la extitular de Agricultura Isabel García Tejerina consideró que el partido tiene "una trayectoria continua" aunque haya distintos presidentes. Todos los candidatos posaron con el líder del partido en la terraza del Círculo de Bellas Artes para una foto de familia en la que solo faltó Teresa Jiménez Becerril, número uno por Sevilla, que llegó tarde a esta cita. Casado situó a su lado a los dos principales cargos del partido: García Egea, número uno por Murcia, y el vicesecretario de Comunicación, Javier Maroto, por Álava. También a Álvarez de Toledo, y dos de los independientes: Juan José Cortés, por Huelva; y Pablo Montesinos, por Málaga.