Estamos en la isla de Islay, más conocida como la "isla del whisky", en Escocia. Nuestro objetivo es ver cómo va a afectar el Brexit a este floreciente negocio. La isla cuenta con nueve destilerías, lo que la convierte en una pieza importante de la industria global de bebidas. La más importante es Bruichladdich. Aquí trabajan 80 personas. El whisky que sale de esta destilería termina en bares y tiendas de toda Europa y más allá de sus fronteras.

"El whisky escocés es un gran negocio. En 2017, las exportaciones superaraon los 5.400 millones de euros. Lo que supone más de una quinta parte de todas las exportaciones británicas de comida y bebida juntas. Y la industria representa 40.000 empleos. Pero con el Brexit, existe la preocupación de que una salida sin acuerdo pueda ser un duro golpe, que afecte a la oferta, los precios y las protecciones legales", explica Damon Embling, periodista de

Allan Logan está a cargo de la producción. Trabaja fabricando whisky, al igual que lo hicieron su padre, su abuelo y su bisabuelo.

"Estamos preocupados por cualquier cambio que pueda haber en la legislación, que potencialmente retrasará o costará más dinero a nuestro negocio. En este momento, lo más frustrante es que estemos tan cerca del plazo fijado y todavía no tengamos una decisión", cuenta Allan Logan, director de producción de la destilería Bruichladdich.

La destilería de Bruichladdich ha sobrevivido a disputas familiares, recesiones y guerras mundiales. Pero, ¿será capaz de sobrevivir al Brexit?

"Se nos percibe como una marca de lujo y creo que eso nos ha dado la confianza sobre que nuestros productos sobrevivirán a nivel global. La industria del whisky escocés tiene una fuerza que le permitirá superar esto con el tiempo. Simplemente, llevará algún tiempo", dice Logan. Las destilerías ya han tenido que diversificarse, ofreciendo catas y recorridos.

Mientras la industria del whisky, en general, arremete contra el Brexit, algunos esperan que pueda traer nuevas oportunidades de negocio.

"No sabemos lo que se nos avecina. Pero confiamos en que las reservas que estamos creando estarán disponibles para la próxima generación. Espero que mi hijo entre en la industria del whisky y que él adopte el whisky que estamos haciendo hoy", señala Logan.

Al whisky se le llama el "agua de vida". Es el alma de la economía de Islay. Una industria con siglos de antigüedad que está decidida a superar el Brexit, independientemente de la resaca que pueda dejar.