Ricardo G., conocido como "el Pollino", y el resto de su familia organizaron una barbacoa en el exterior de la casa en la que acababan de asesinar a Sandra Capitán, de 26 años, su hija Lucía, de 6, y su pareja, Mehmed el Turco, cuyos cuerpos enterraron en una fosa séptica que cubrieron con cemento.

Según el relato de la Fiscalía, que acusa a siete investigados -cinco de ellos en prisión provisional- por este triple crimen cometido en 2017 de tres asesinatos, detención ilegal y tenencia ilícita de armas, la familia organizó una barbacoa en el exterior y con música alta "a fin de no levantar sospechas y con la excusa de celebrar el cumpleaños" del Pollino.

Este, su mujer y sus padres, todos ellos acusados, actuaron "con normalidad" cuando, sobre las 17:00 horas, trabajadores de una cementera que desconocían que poco antes se habían cometido los crímenes en la vivienda de Dos Hermanas (Sevilla) propiedad de la familia, llegaron a la casa para cubrir con cemento una fosa séptica en la que, sin ellos saberlo, acababan de arrojar los cuerpos de las tres víctimas.

El relato de hechos de la Fiscalía presentado al Juzgado de Instrucción 19 de Sevilla señala que el Pollino indicó a los trabajadores que él utilizaría la manguera con la que se echaba el hormigón, consiguiendo así que no pudieran ver el lugar exacto donde se vertería.

"Ricardo vertió unos siete u ocho metros cúbicos de hormigón líquido en la fosa donde se encontraban los cuerpos sin vida de la familia, hasta alcanzar una altura de casi un metro", añade el texto, mientras sus padres y su mujer "distrajeron a los trabajadores de la hormigonera, llegando a ofrecerles café".

Cuatro de los investigados en el caso están en prisión preventiva: Ricardo G., su padre, su mujer, el monitor de boxeo David R.H. -al que supuestamente "El Pollino" pidió ayuda para retener a Mehmed ante una disputa por una deuda relacionada con la droga- y un amigo de éste, J.A.M.B.

También son investigadas, aunque se encuentran en libertad provisional, la madre del Pollino y Manuela M.O., que presuntamente puso en contacto al Pollino con el monitor de boxeo.

Además de los cargos que la Fiscalía atribuye a todos ellos, las acusaciones particulares que ejercen las familias de Mehmed el Turco, Sandra Capitán y el padre de Lucía los acusan también de pertenencia a grupo criminal, una acusación realizada por la abogado que representa a familiares de Mehmed y a la que se han adherido las otras dos acusaciones.

Para el abogado Juan de Dios Ramírez, que representa a la expareja de Sandra Capitán y padre de la pequeña Lucía, el relato de los hechos demuestra que no fue "un ajuste de cuentas", sino un "terrible crimen" merecedor de la "prisión permanente revisable" que ya anunciaron que solicitarían todas las acusaciones.

Las defensas han pedido el sobreseimiento de la causa y una de ellas la nulidad de la instrucción.

La Fiscalía señala que la menor fue la primera en ser tiroteada, pese a lo cual fue arrojada aún con vida en el pozo -la autopsia revela abrasiones por la aspiración de los gases de la cal viva con la que la taparon-, mientras que a Sandra Capitán llegaron a darle cinco tiros. El último en ser asesinado fue el Turco.

Todo ello con la participación y conocimiento de la familia del Pollino, ya que fue su mujer la encargada de traer a Sandra y a su hija a la casa cuando ya el principal acusado, su padre y el monitor de boxeo y su amigo habían retenido al Turco y le habían dado una paliza por una deuda que le reclamaban por asuntos de droga.

El monitor de boxeo y su amigo participaron en esta parte y al ver entrar a la mujer y la hija, por no ser lo acordado, se marcharon dejando muy malherido al Turco conocedores de que iban a acabar con su vida.

La séptima investigada, Manuela M.O., fue quien puso en contacto al Pollino con el monitor de boxeo y su amigo, a petición del primero, para que le ayudaran a retener al Turco.