Una placa rinde desde ayer un homenaje a todos los que en 1975 sufrieron el naufragio del buque "Berge Istra" en aguas del Pacífico. De la tragedia solo hubo dos supervivientes, ambos tinerfeños: Imeldo Barreto y Epifanio Perdomo, naturales de la Punta del Hidalgo y Taganana, respectivamente. Acompañados por familiares y vecinos, fueron ellos los encargados de descubrir este viernes el reconocimiento, que ha quedado instalado en la plazoleta entre los Apartamentos Altagay y el Restaurante La Caseta, en La Punta.

La historia no es nueva. Varios reportajes le han dado ya resonancia, mientras Víctor Calero la convirtió en documental: "Los náufragos del Berge Istra". Pero sus ingredientes novelescos hacen que siga impactando. El barco era un coloso de más de 227.500 toneladas que estaba en ruta desde Brasil hacia Japón con mineral de hierro, hasta que se perdió el contacto con él cerca de Filipinas. Se hundió. El suceso acabó con la vida de 30 personas -diez de ellas canarias-, mientras que Imeldo y Epifanio pasaron 20 días en una balsa a la deriva hasta que pudieron ser rescatados por una embarcación japonesa.

El tributo celebrado ayer es resultado de un acuerdo adoptado por el Pleno de La Laguna, según recordó el alcalde, José Alberto Díaz, que asistió al acto junto a otros concejales del consistorio. Destapada la placa, Epifanio e Imeldo realizaron un relato de una viveza que trasladó por un momento a los presentes a aquellos momentos agónicos en mitad del Pacífico. "Me dio aire artificial, y tanto hizo hasta que devolví; no había hecho nada más que merendar; y fui recuperando el conocimiento", rememoró el primero sobre lo que ocurrió después del naufragio. "Yo le dije: Imeldo, estoy reventado; me voy a morir", continuó Perdomo, que se mostró muy agradecido por el homenaje, en el que les fueron entregadas unas distinciones.

Barreto explicó que escuchó tres explosiones en poco tiempo y el barco empezó a escorarse. "Había muchachos que nada más que se quedaron agarrados", expresó. "Conseguí subir a flote; creía que los oídos me iban a reventar. Lo primero que vi, como a unos 50 o 60 metros, fue la balsa", indicó sobre lo que vino después del hundimiento. Tras gritar intentando encontrar a algún superviviente apareció Epifanio. "Empecé a reanimarlo y vi que tenía la lengua echada para atrás", prosiguió este vecino de La Punta, que, junto a su compañero, fue rescatado el 18 de enero de 1976.

Imeldo volvió a nacer en el Pacífico y en Santa Cruz

Epifanio Perdomo prefirió no volver al mar, al contrario que Imeldo Barreto. En su caso, siguió navegando tras lo ocurrido y, años más tarde, en las proximidades del puerto de Santa Cruz, un barco lo embistió y tuvo que tirarse al agua. Le fue imposible alcanzar de nuevo la embarcación y la única solución que le quedó fue la de empezar a nadar hacia el Muelle Sur. En total, tres horas. Felizmente, acabó llegando a tierra. Había vuelto a nacer, al igual que le había ocurrido previamente en aguas del Pacífico.