La ONU insistió ayer en que todos los actores -gobiernos, empresas e individuos- deben sumar esfuerzos para garantizar que cada persona en el mundo tenga acceso a dietas nutritivas y saludables con el fin de luchar contra el hambre y la obesidad. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, llamó en un mensaje enviado por el Día Mundial de la Alimentación a "renovar el compromiso" para que cada persona tenga derecho a la alimentación y nadie se quede atrás.

La sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma acogió la ceremonia principal en la que las Naciones Unidas reiteraron que, pese a querer erradicar el hambre para 2030, esa lacra no ha dejado de aumentar en los últimos tres años hasta afectar a 821 millones de personas.

La obesidad tiene un coste económico similar al del tabaquisimo o los conflictos armados

El director general de la FAO, José Graziano da Silva, culpó a los sistemas alimentarios globales de no ofrecer dietas de calidad, la "principal razón" del aumento a nivel mundial de la anemia, que padecen una de cada tres mujeres en edad reproductiva, y de la obesidad, que se está "globalizando" y ya afecta a 672 millones de personas. Solo este último problema tiene un coste de 2 billones de dólares anuales (el 2,8% del PIB mundial), equivalente al impacto del tabaco o de los conflictos armados, todos ellos problemas que se pueden evitar, dijo.

Da Silva reclamó un mayor compromiso político y, entre las acciones que pueden mejorar la alimentación, citó la elaboración de leyes de etiquetado, la prohibición de ingredientes dañinos, la introducción de la nutrición en los currículos de las escuelas, métodos para evitar las pérdidas y el desperdicio de alimentos, y el consumo de alimentos frescos producidos localmente.