La creadora del primer exoesqueleto infantil para enfermedades neuromusculares degenerativas, la investigadora del CSIC Elena García Armada, está convencida de que el futuro de estas estructuras integrarán de algún modo la propia estructura ósea de la persona que lo utiliza.

El esqueleto artificial que conforma el armazón se meterá dentro del cuerpo y "utilizará la estructura ósea como chasis", los motores podrían ir por fuera o por dentro, explicó García Armada en una entrevista con Efe.

La evolución de los exoesqueletos -una estructuras que envuelve el cuerpo y que ayudan a moverse a personas con movilidad reducida- ha sufrido avances significativos en los últimos años.

El que ha inventado la científica española está ideado específicamente para niños con enfermedades neuromusculares degenerativas, una problemática que suele estar asociada con patologías respiratorias y escoliosis.

Se utiliza junto a un andador -están trabajando en que tenga estabilidad por sí solo-, envuelve las piernas y el torso del pequeño y replica perfectamente el movimiento de la pierna de los pequeños. Si todo sigue su curso, está previsto que Marsi Bionics -la empresa de la investigadora- comercialice su diseño en 2019: "No lo vamos a vender, los vamos a alquilar (unos 3.500 euros al mes), para poder ir actualizándolo".

Ni el sistema de salud español ni los seguros médicos españoles cubren este tipo de terapias, pero García Armada tiene la vista puesta en Alemania, Francia, Dinamarca y Suecia, donde tiene "cobertura 100%".

"Estamos hablando con empresas que quieran ayudar a las familias en España, porque esto es algo muy necesario", afirmó la científica que mostró su proyecto en IROS 2018, el congreso internacional de robótica más grande del mundo, que se celebró la semana pasada en Madrid.

Cuando comenzó a diseñar este herramienta, su objetivo inicial era solucionar los problemas físicos de los niños, pero durante los procesos de prueba, se dieron cuenta de que la mejoría psicológica "realimentaba" el ejercicio que estaba haciendo y las mediciones de fuerza y masa muscular se dispararon. "Hoy voy a dar cinco pasos más", le decía un niño con uno de los exoesqueletos que la investigadora del CSIC ha creado.

"Las baterías se acababan antes que se cansaran los niños (...) Estos exoesqueletos están consiguiendo que los niños tengan un mejora física que no se consigue con terapia convencional", argumentó.

El instrumento todavía no cuenta con un estudio clínico "en condiciones", las ayudas que reciben no son suficientes para llevarlo a cabo y eso, advierte, que reciben "todas" las que podría recibir. "Los mecanismos españoles que hay para subvencionar estudios de base tecnológica no son suficientes -subrayó-, son muy pequeños y son proyectos muy caros, con personal altamente cualificado"