El vallado perimetral del hotel abandonado de Añaza, que ejecutará el Ayuntamiento de Santa Cruz a través de una ejecución subsidiaria, espera ahora por el visto bueno del juzgado, al que solicitó permiso el área de Urbanismo de la capital al no localizarse a los propietarios del edificio.

Así lo confirmó ayer el concejal de este departamento, Carlos Tarife, quien avanzó que "confía" en que la Justicia conceda la autorización pertinente de entrada al inmueble a lo largo de los próximos días.

El edil avanzó que la adjudicación de los trabajos, que costarán unos 100.000 euros, está en su último trámite en la Intervención municipal, una vez superadas las trabas administrativas que se detectaron a lo largo del pasado mes de junio, un mes después de que el propio Tarife, Zaida González y Gladis de León anunciaran a los pies del edificio que se iba a vallar todo el perímetro.

En concreto, y según detalló Tarife, la Gerencia tuvo que crear "una partida específica" para acometer esta actuación, al no existir una que contemplara el desconocimiento del propietario del solar/inmueble, una vez ejecutada la obra por ejecución subsidiaria.

Como se recordará, la actuación propuesta es el vallado perimetral de la edificación con una lona de cuatro metros de altura y la cartelería, en el exterior, que advierta del peligro en varios idiomas.

El concejal recordó que en la zona en la que está ubicado el hotel que nunca se llegó a terminar está vigente un plan especial que obliga a los propietarios -desconocidos- a demoler el edificio. "Esa es otra de las cuestiones que resolveremos dentro del nuevo documento del Plan General de Ordenación, anulando ese plan especial", comentó Tarife hace unos días.

La idea que baraja la Gerencia de Urbanismo es proteger el terreno en el que se edificó el conocido como "mamotreto" de Añaza, en la década de los setenta del siglo XX. "Antes de proceder a la demolición tenemos que dejar bien claro en el PGO que no va a haber ningún tipo de aprovechamiento urbanístico en la zona", sostuvo Tarife.

"Lo que no queremos es demoler el edificio en la actual situación urbanística. Que aparezca un propietario, pague la demolición y luego se quede con el terreno libre de cargas y con aprovechamiento urbanístico", añadió.

Según explicó el edil de Urbanismo, el espacio que ocupa el hotel es el único del entorno que no tiene protección en el citado plan especial que se pretende anular.