El aeropuerto internacional nipón de Kansai en Osaka (oeste) quedó hoy inundado debido a una crecida del mar causada por el poderoso tifón Jebi, que provocó la cancelación de centenares de vuelos y dejó a numerosos viajeros atrapados en la terminal.

Las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Kansai, el tercero con más tránsito del país después de los dos de Tokio, resultaron repentinamente invadidas por el mar en torno a las 12.00 hora local (03.00 GMT), así como la planta baja de una terminal, según confirmó un portavoz del aeródromo.

Numerosos pasajeros han quedado atrapados en una terminal debido a la inundación y al corte del puente que conecta el aeropuerto con la ciudad de Izumisano, única vía de acceso al aeródromo situado en una isla artificial en la Bahía de Osaka, según la misma fuente, que no pudo precisar el número de personas afectadas.

La cadena estatal nipona NHK señaló que los pasajeros permanecen a la espera de poder ser evacuados por las autoridades.

El paso del poderoso tifón ha causado una fuerte marejada y una crecida del nivel del mar que ha superado los 2,4 metros en esta zona, según dijo un portavoz de la Agencia Meteorológica nipona (JMA), quien calificó la situación de "extremadamente peligrosa", en rueda de prensa.

Un total de 205 vuelos internacionales y domésticos han sido cancelados hoy en el aeropuerto de Kansai, a los que se suman otros varios centenares de las regiones oeste y este del país asiático.

Asimismo, el fuerte oleaje arrastró a un buque cisterna de combustible que se encontraba anclado en la bahía hasta chocar contra el puente del aeropuerto, aunque la situación no reviste gravedad pues el barco no portaba carga en esos momentos, según la cadena estatal nipona.

Jebi, el vigésimo primer tifón de esta temporada en el Pacífico y catalogado como "muy fuerte" por la Agencia Meteorológica de Japón, está dejando vientos huracanados con rachas de más de 200 kilómetros por hora, marejadas y lluvias torrenciales en gran parte del oeste de Japón.

El tifón, el más poderoso que toca tierra en Japón en los últimos 25 años, también está causando significativas interrupciones del transporte por carretera y ferroviario, y provocando daños materiales en diversas ciudades del archipiélago nipón.