> El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha asegurado este martes que el informe de la organización que denuncia una "intención genocida" de las Fuerzas Armadas birmanas contra la minoría rohingya debe ser "tomado en consideración".

En este sentido, Guterres ha señalado durante una reunión del Consejo de Seguridad celebrada un día después de la publicación del documento que acabar con la impunidad es fundamental para que se lleve a cabo una genuina reconciliación entre diferentes grupos étnicos.

Aunque no ha utilizado el término ''genocidio'', Guterres ha indicado que el informe realizado por expertos independientes ha hallado indicios de "abusos y violaciones de los Derechos Humanos llevados a cabo por las fuerzas de seguridad de Birmania, lo que supone uno de los crímenes más graves bajo el Derecho Internacional".

"Creo que los resultados y recomendaciones de este informe merecen una seria consideración por parte de todos los organismos de Naciones Unidas", ha manifestado. Además, ha afirmado que la cooperación internacional será "crítica para garantizar que los mecanismos para llevar a los responsables ante la justicia sean fiables, transparentes, imparciales, independientes y que cumplan con las obligaciones de Birmania bajo el Derecho Internacional".

El secretario general ha hecho hincapié en la importancia de que el Consejo de Seguridad siga ejerciendo presión para que se lleve a cabo la liberación de periodistas detenidos por haber informado sobre la crisis rohingya, una clara referencia a los dos reporteros de la agencia de noticias Reuters que se encuentran bajo arresto en el país.

Para los expertos, la "catástrofe" sufrida en Rajine por la comunidad rohingya deriva de la situación de represión "severa, sistemática e institucionalizada" en que dicha minoría vive desde hace décadas. El informe alude como ejemplo histórico una declaración formulada en noviembre de 2012 por un dirigente de Rajine y que, citando a Hitler, aseguró que algunos "actos inhumanos" son necesarios para "mantener la raza".

Cerca de 700.000 rohingya han huido de Birmania desde el comienzo de la crisis y la mayoría vive en campos de refugiados en Bangladesh. En relación con su regreso al país, Guterres ha aseverado que aún no existen las condiciones necesarias para que la vuelta de los refugiados rohingya sea llevada a cabo de forma segura, por lo que ha instado a los miembros del Consejo de Seguridad a instar al Gobierno birmano a cooperar para garantizar el acceso de los rohingya a las agencias y colaboradores de la ONU en la zona.

"No puede haber excusas para retrasar la búsqueda de soluciones dignas que permitan el regreso de los desplazados a sus regiones de origen de forma segura, tal y como establecen los estándares a nivel internacional", ha manifestado.

EEUU VE EN EL INFORME DE LA ONU "NUEVAS PRUEBAS CONTRA BIRMANIA"

Este mismo lunes, un portavoz del Departamento de Estado estadounidense ha asegurado que el informe de Naciones Unidas aporta nuevas pruebas contra el Gobierno de Birmania. Según el portavoz, los resultados de la investigación añaden "información sobre los abusos de Derechos Humanos" por parte de las fuerzas de seguridad birmanas contra los rohingya en el país.

No obstante, ha explicado que Estados Unidos sólo decidirá si se trata de un genocidio o de crímenes contra la Humanidad una vez se haya llevado a cabo "una revisión exhaustiva de los hechos".

Según el resultado de la investigación llevada a cabo por la Misión Internacional Independiente creada en marzo de 2017 por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el Ejército de Birmania y sus máximos responsables, incluido su comandante en jefe, el general Min Aung Hlaing, deben ser investigados y procesados por genocidio en el norte del estado de Rajine así como por los crímenes de guerra y contra la Humanidad cometidos no solo en dicho estado sino también en los estados de Kachin y Shan, donde están activos grupos armados étnicos.

"La necesidad militar nunca justificaría los asesinatos indiscriminados, la violación grupal de mujeres, la agresión a niños y la quema de localidades enteras", sostienen los miembros de la misión de investigación.

Tal y como indica el texto, las tácticas llevadas a cabo por el Ejército birmano, el Tatmadaw, "son enormemente desproporcionadas con respecto a las actuales amenazas de seguridad, especialmente en Rajine, pero también en el norte de Birmania", donde se encuentran Kachin y Shan.