Millones de niños en todo el mundo siguen asistiendo a escuelas que carecen de agua potable, instalaciones de saneamiento mejoradas y lugares en los que poder lavarse las manos, lo que les priva de un entorno saludable de aprendizaje y puede influir en su escolarización, sobre todo en el caso de las niñas.

Así se desprende del informe "Agua potable, Saneamiento e Higiene en las escuelas 2018" publicado ayer por el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según defienden las agencias de la ONU, cuando las escuelas cuentan con agua potable, aseos y jabón para el lavado de manos, los niños tienen un entorno de aprendizaje saludable y es más probable que las niñas acudan a clase cuando tienen la regla. Además, los niños que aprenden sobre agua potable, saneamiento y hábitos de higiene saludables pueden reforzar conductas positivas en sus hogares y en sus comunidades que duran para toda la vida, sostienen UNICEF y la OMS.

Según el informe, solo el 69% de las escuelas contaban con una fuente de agua potable mejorada y que ofrecía este servicio, mientras que otro 12% contaban con dicha fuente pero no ofrecía agua en el momento del estudio.