Este viernes concluye el plazo para recibir candidaturas a la presidencia del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, el organismo encargado del control de los bancos de la zona euro que preside la francesa Danièle Nouy desde 2014 y cuyo mandato expira a final de año, según la información de la entidad.

De este modo, el BCE da comienzo a una profunda renovación que implicará el reemplazo a lo largo del próximo año de varios miembros de su cúpula directiva, incluyendo el relevo en la presidencia del instituto emisor de Mario Draghi en noviembre de 2019, y que supone un complejo proceso político en búsqueda del equilibrio de poder en Europa.

En el caso de la presidencia del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo, Nouy abandonará el próximo 31 de diciembre el puesto que ha ocupado durante los últimos cinco años y el BCE espera encontrar "una persona adecuada de reconocido prestigio y con experiencia en asuntos bancarios y financieros" para suceder a la francesa a partir del 1 de enero de 2019.

El mandato del nuevo presidente del Consejo de Supervisión del BCE tiene una duración no prorrogable de cinco años. En 2017, la retribución anual de Danièle Nouy fue de 283.488 euros, un 1,8% por encima de su sueldo básico en relación a 2016.

Los potenciales candidatos al puesto deberán tener "reconocido prestigio y experiencia en asuntos bancarios y financieros", así como contar con amplia experiencia en la dirección y desarrollo de equipos directivos, junto con un sólido historial de logros, tanto en el plano estratégico como en el operativo y disponer de amplia experiencia en funciones directivas y haber dirigido y gestionado con éxito equipos de personal altamente capacitado, preferiblemente multilingües y multiculturales.

Asimismo, el BCE señala entre los requisitos a cumplir por los candidatos que estos no sean miembros del Consejo de Gobierno del BCE, el máximo órgano de representación de la entidad, del que forman parte el presidente y vicepresidente del BCE, así como los otros cuatro miembros de la ejecutiva del banco, además de los gobernadores de los bancos centrales nacionales de los 19 países de la zona del euro.

El procedimiento de selección y nombramiento se llevará a cabo de conformidad con los requisitos previstos en el Reglamento del MUS, incluyendo una fase de preselección, en la que un comité creado por el Consejo de Gobierno del BCE valorará las candidaturas recibidas y en función de este análisis entrevistará a las personas más adecuadas, que participarán en una evaluación de liderazgo dirigida por un proveedor externo.

El comité de preselección someterá a la consideración del Consejo de Gobierno del BCE una lista de personas y un informe de valoración para que este facilite a continuación a la comisión competente del Parlamento Europeo y al Consejo de la UE la lista de personas preseleccionadas.

Con posterioridad, tras escuchar al Consejo de Supervisión, el Consejo de Gobierno del BCE someterá a la aprobación del Parlamento Europeo la propuesta de nombramiento como presidente de una de las personas preseleccionadas, acompañada de una justificación escrita de la misma, tras lo que el Consejo de la UE adoptará una decisión ejecutiva para el nombramiento por mayoría cualificada sin tener en cuenta los votos de sus miembros que no sean de Estados miembros participantes.

CARRERA PARA SUCEDER A DRAGHI.

Apenas un día antes de que concluya el plazo de aceptación de candidaturas a la presidencia del supervisor bancario de la eurozona, primer movimiento dentro de la serie de cambios prevista para el próximo año en el BCE, el diario alemán ''Handelsblatt'' daba un duro golpe a las aspiraciones del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, de suceder a Mario Draghi al informar de que la canciller alemana, Angela Merkel, da prioridad a ganar la presidencia de la Comisión Europea sobre la del instituto emisor.

"El BCE no es la máxima prioridad para Merkel, sino la Comisión Europea", indicó al periódico alemán un alto funcionario sin identificar del Gobierno alemán, alimentando así las opciones de una posible candidatura del francés François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, e incluso las de Olli Rehn, actual gobernador del Banco de Finlandia y excomisario de comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE.

En este sentido, el diario señala que en un reciente encuentro entre Weidmann y Merkel, el presidente del Bundesbank, quien antes de asumir la presidencia del banco central alemán fue asesor económico de la canciller, habría expresado a esta su disposición a ocupar la presidencia del BCE, cargo para el que el banquero alemán siempre había sido considerado como el principal favorito.

Sin embargo, el rotativo apunta que las opciones de Weidmann, considerado como uno de los más capaces miembros del Consejo de Gobierno para suceder a Draghi, se ven lastradas por su defensa de la ortodoxia, que le ha valido el calificativo de ''halcón'' y un escaso apoyo por parte de los socios mediterráneos del euro, así como por la independencia que acompaña a la presidencia del BCE, lo que hace dudar a la coalición de Gobierno germana del interés de pagar un precio excesivo por alcanzar el puesto.

Hasta la fecha, Alemania solo ha ocupado la presidencia de la Comisión Europea entre 1958 y 1967, cuando Walter Hallstein se convirtió en el primer presidente de la institución, mientras que nunca ha logrado ocupar el puesto más alto en el organigrama del BCE desde la fundación de la entidad en 1998, a pesar de que su sede se encuentra en Fráncfort.

En los próximos meses, Europa asistirá a la renovación de varios puestos de relevancia en sus principales instituciones, ya que, además del cambio previsto en las presidencias tanto de la Comisión Europea como del BCE, en el consejo ejecutivo del instituto emisor también se producirá el 31 de mayo el relevo del belga Peter Praet, economista jefe de la entidad, mientras que el 31 de diciembre de 2019 abandonará el cargo el francés Benoit Coeure, considerado como la mano derecha de Draghi en el directorio del BCE.

En 2011, en plena carrera por suceder al frente del BCE al francés, Jean Claude Trichet, el entonces presidente del Bundesbank, Axel Weber, quien también sonaba como principal favorito a la presidencia del banco central, acabó presentando su dimisión en febrero, dejando así el camino expedito a Mario Draghi, cuya candidatura generaba mayor consenso entre los países del euro en un contexto de graves dificultades económicas en la zona euro.