No defraudó San Roque ayer a los casi 15.000 romeros que ocuparon las calles de Garachico para disfrutar de una de las romerías más tradicional. Tanto que tiene lugar cada 16 de agosto, sea el día de la semana que sea. La de ayer volvió a ser una jornada especial para este municipio norteño en el que, afortunadamente, la crónica solo puede resaltar lo propio de un encuentro que cumple con lo más representativo de la tradición: 26 carretas, 10 carros pequeños, muchas parrandas, peregrinos, romeros, yuntas y comida, mucha comida (gofio, carne, pescado...), y vino, mucho vino de la zona. Todo envuelto por el folclore canario.

En esa línea, la fiesta se vivió ayer desde horas muy tempranas, con el traslado procesional de la venerada imagen desde su ermita hasta la parroquia matriz de Santa Ana, donde tuvo lugar la función religiosa. La procesión posterior llegó a la bahía, desde donde partió la 58 romería "con sus carretas, animales enjaezados, rondallas, peregrinos devotos y amantes de las costumbres populares, celosos conservadores de esta antigua tradición".

Concluido el recorrido tradicional, como de costumbre, la entrada del santo a su pequeña ermita se produjo con la imagen de espaldas, dando la cara al pueblo "del que parece no querer despedirse, mientras los romeros, en colosal algarabía, lanzan al aire los ajijides, en los que se advierte una mezcla de júbilo y de pena porque va a terminar el jolgorio", mientras los romeros vitorearon al patrón de Garachico.

Mañana, el Lapas Reggae Festival cerrará el programa de la fiesta.