El Gobierno de Melilla ha calificado hoy como "un acto hostil" el cierre de la aduana comercial del puesto fronterizo internacional de Beni Enzar entre España y Marruecos en la ciudad, decretado "de manera imprevista y unilateral" por las autoridades marroquíes desde el 1 de agosto y "anunciado pocos días antes".

Así lo expone el Consejo de Gobierno de Melilla en una declaración institucional aprobada hoy, y que tal y como anunció ayer su presidente, Juan José Imbroda, será remitida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y a los portavoces de todos los grupos del Congreso de los Diputados y el Senado.

En esta declaración institucional, el Gobierno de Melilla indica que la medida adoptada por Marruecos impide el despacho aduanero de expediciones comerciales, normalmente en contenedores de mercancías, restringiendo su tránsito a los desembarcados directamente en el puerto de Nador.

"El primer e inmediato efecto" de esta medida, señala el Ejecutivo melillense, ha sido el bloqueo de varios camiones, cargados con mercancías, en la parte marroquí del puesto fronterizo, que llevan "varios días retenidos de manera absolutamente arbitraria por parte de las autoridades marroquíes".

Para el Gobierno melillense, se trata de "un acto hostil, frontalmente opuesto a los acuerdos hispano marroquíes que, desde los años 50 del siglo XX, reconocen por parte de ambos países el carácter comercial del puesto fronterizo de Beni Enzar".

El Ejecutivo de Melilla dice respetar el derecho de Marruecos a tomar decisiones para favorecer su desarrollo económico y social como país soberano que es, si bien dice que "ello no puede ni debe hacerse a costa de actuaciones como estas, que implican un gesto absolutamente inamistoso hacia España y hacia Melilla".