Un hombre de 74 años ha muerto en Ávila por la fiebre Crimea-Congo tras participar el pasado 24 de julio en una actividad cinegética en Helechosa de los Montes (Badajoz), donde sufrió la picadura de una garrapata, lo que ha provocado el seguimiento de un centenar de personas que han tenido contacto directo con el fallecido.

El Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III ha confirmado la infección por el virus Crimea-Congo del afectado, cuya identidad ha querido preservarse tras morir en la madrugada de ayer en el Complejo Asistencial de Ávila.

Se trata del segundo fallecido en España en los dos últimos años, ya que a finales de 2016 otro abulense de 62 años murió en Madrid por la misma causa, tras la picadura de una garrapata cuando se encontraba en su localidad natal de San Juan del Molinillo.

En aquella ocasión, otra profesional sanitaria resultó contagiada cuando le atendía en el centro hospitalario madrileño, aunque superó la enfermedad, según ha recordado hoy en una rueda de prensa en Ávila la jefa del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Sonia Tamames.

Al parecer, la picadura se produjo el pasado 24 de julio en tierras pacenses, aunque los síntomas no comenzaron a hacerse visibles hasta una semana más tarde, cuando ya se encontraba en Ávila.

En ese momento, el proceso infeccioso le ocasionó fiebre elevada y un cuadro clínico que condujo al fallecimiento, pese a los esfuerzos del personal sanitario, que también se encuentra entre el centenar de personas objeto de seguimiento y que constituye en torno a dos tercios del total.

Ante las sospechas de que el afectado podía sufrir una infección transmitida por garrapatas, se pusieron en marcha los protocolos de actuación y coordinación entre las autoridades sanitarias del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y de las comunidades de Castilla y León y Extremadura.

Como prevé este protocolo, consensuado en la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, se remitieron muestras de sangre del paciente a dicho Centro Nacional de Microbiología, que en la tarde de ayer confirmó que se trataba de una infección por el virus de Crimea-Congo.

Los servicios de epidemiología de ambas comunidades autónomas están en contacto permanente.

Las autoridades sanitarias extremeñas, a través de la Dirección General de Salud Pública y de la Dirección de Salud del Área de Don Benito-Villanueva de la Serena, han tomando medidas para informar a la población y a sus profesionales sanitarios para evitar en lo posible nuevas infecciones.

La jefa del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad, Sonia Tamames, ha explicado que las personas que pudieron estar expuestas en el entorno natural en el que se produjo la picadura en Extremadura están "fuera del periodo de riesgo", que es de dos semanas.

Por su parte, el centenar de personas que forma parte del censo al que se está realizando un seguimiento han sido divididas entre aquellas que tienen un "nivel de riesgo alto", en torno a la mitad, y "nivel de riesgo bajo".

A las primeras se les pide que se tomen la temperatura dos veces al día, al mismo tiempo que se las llama "periódicamente" para saber esos registros y conocer si tiene algún otro síntoma o si su salud ha cambiado.

A las de nivel de riesgo bajo se les han dado indicaciones para controlar si desarrollan síntomas relacionados con fiebre, diarrea, vómitos o algún otro de tipo gastrointestinal.

Desde la Junta se trabaja en el fomento de uso de "medidas preventivas" para evitar que las personas que salgan al campo puedan sufrir la picadura de una garrapata, como utilizar ropa larga y el uso de repelentes.

Sin en alguna ocasión se adhiere al cuerpo una garrapata, lo aconsejable es que sea retirada por un profesional sanitario según la jefa del Servicio de Epidemiología.

Las garrapatas son las principales transmisoras del virus de la fiebre Crimea-Congo, aunque también se puede contraer por contacto con la sangre o tejidos de otros animales infectados.

La fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) la produce un virus transmitido por la picadura de una garrapata infectada, las del género Hyalomma "son las más eficientes", según el protocolo de vigilancia de esta enfermedad, aprobado por la Comisión de Salud Pública en 2016 y actualizado en mayo del pasado año.