Brasil registró en 2017 una media de 175 homicidios por día, unos 7,2 por hora, lo que supone un nuevo récord histórico para un país golpeado por la violencia, según los datos divulgados hoy por la organización no gubernamental Fórum Brasileño de Seguridad Pública.

El número de muertes violentas aumentó cerca de un 3 % y alcanzó la trágica cifra de 63.880 homicidios el año pasado, con una tasa de 30,8 por cada 100.000 habitantes.

Esa tasa, sin embargo, varía por región y llega hasta 68 por cada 100.000 habitantes en Rio Grande do Norte, 63,9 en Acre y 59,1 en Ceará, algunos de los estados más pobres del gigante latinoamericano.

En Sao Paulo, la región más rica y poblada de Brasil, ese indicador fue el menor del país, con 10,7 por cada 100.000 habitantes, lo que demuestra las diferencias en una nación de dimensiones continentales.

"El nivel de violencia de Brasil produce tantas muertes como los países en guerra", afirmó la socióloga Samira Bueno, directora ejecutiva de Fórum, durante la presentación del informe en Sao Paulo.

Las alarmantes cifras, según Bueno, sitúan a Brasil "entre las diez naciones más violentas del mundo".

En su documento anual, la organización destacó que la mayor parte del país consiguió reducir el número de homicidios en 2017, pero en 12 estados hubo un crecimiento intenso que acabó impulsando los números absolutos, según explicó Bueno.

El incremento de los homicidios ha obedecido, en parte, a la acción del crimen organizado y la intensificación de las disputas entre bandas rivales, así como a la escalada de las muertes como consecuencia de intervenciones policiales.

Según el informe, los civiles muertos en operaciones de la policía aumentaron en más del 20 % respecto de 2016, con una media de 14 muertos por día, mientras que el número de policías muertos disminuyó un 4,9 %, hasta los 367.

"Cuando se opta por el enfrentamiento hay víctimas de los dos lados, en una cantidad muy grande", aseguró el director presidente del Fórum, Renato Sergio de Lima.

"La mayoría de los estados todavía invierten en control policial ostensivo, extremadamente militarizado, por eso no es casualidad que la policía sea responsable de casi el 10 % de los homicidios practicados en Brasil", agregó Bueno.

Río de Janeiro fue el estado con mayor número de muertes durante una intervención policial en 2017, con 1.127, una cifra recogida antes de que comenzara la intervención federal, que ha llevado al Ejército a asumir el control del área de seguridad en medio de una creciente ola de violencia.

"El nivel del uso de la fuerza has sido cada vez más violento", constató la socióloga.

El informe también reveló que las lesiones corporales seguidas de muerte crecieron alrededor de un 13 %, mientras que los homicidios dolosos subieron un 2,8 %, con 55.900 víctimas.

Asimismo, el Fórum Brasileño de Seguridad Pública identificó un crecimiento de la violencia contra la mujer: hubo 1.133 feminicidios en 2017 y las violaciones registraron un salto del 8,4 %, con 60.018 casos registrados.

Para los representantes del Fórum, los datos presentados este jueves contribuyen para que las autoridades salgan de la zona de confort y tomen cartas en el asunto.

"Nos acostumbramos a esa violencia y muchos de nuestros gobernantes se acostumbraron, como si fuera un dato de la realidad", concluyó Bueno.

Brasil gastó en 2017 un total de 84.700 millones de reales (unos 22.525 millones de dólares) en el área de seguridad pública, lo que representa un 1,3 % del producto interior bruto del país, y el asunto probablemente será abordado por los candidatos en las elecciones presidenciales del próximo octubre.