El próximo presidente de Colombia, Iván Duque, gobernará a partir del próximo día 7 con un equipo de tecnócratas en su gabinete, en el que por primera vez las mujeres tendrán la mitad de los ministerios, y con una frágil mayoría en el Congreso.

Su objetivo es construir un "gran pacto" por el desarrollo de Colombia que involucre al Estado, al sector privado y a la sociedad civil, dejando atrás la enorme polarización política que marcó su elección como presidente el pasado 17 de junio.

"Ha llegado el momento de construir juntos ese futuro que demanda de nosotros que nos concentremos en las cosas que nos unen y no en las cosas que nos dividen", ha manifestado.

Duque, que tendrá además en Marta Lucía Ramírez a la primera vicepresidenta del país, prometió en campaña que el 50 % de su gabinete estaría compuesto por mujeres seleccionadas por sus capacidades y no por su filiación política, y cumplió al designarlas en ocho de las 16 carteras.

Serán las titulares de Interior, Nancy Patricia Gutiérrez; Justicia, Gloria María Borrero; Trabajo, Alicia Arango; Minas y Energía, María Fernanda Suárez; Educación, María Victoria Angulo; Transportes, Ángela María Orozco; Cultura, Carmen Inés Vásquez, y Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones (TIC), Silvia Constain.

También quedaron en manos de mujeres dos importantes entidades de rango ministerial, el Departamento Nacional de Planeación (DNP), que dirigirá Gloria Amparo Alonso, y el de Prosperidad Social (DPS), cuya jefa será Susana Correa.

Los hombres lideraran los ministerios de Relaciones Exteriores, Carlos Holmes Trujillo; Hacienda, Alberto Carrasquilla; Defensa, Guillermo Botero; Agricultura, Andrés Valencia; Salud, Juan Pablo Uribe; Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo; Ambiente, Ricardo Lozano, y Vivienda, Jonathan Malagón.

Dos de ellos, Holmes y Arango, son del Centro Democrático, el partido uribista al que pertenece Duque, pero aún así su gabinete, con una media de edad de 49 años, ha sido elogiado en términos generales por lo diverso y lo profesional de sus integrantes.

"En ese sentido hay un esfuerzo por parte del presidente de privilegiar lo técnico por encima de consideraciones políticas; supo resistir la tentación estrictamente ideológica para dar una señal de apertura", dijo Vicente Torrijos, profesor emérito de Ciencia Política de la Universidad del Rosario.

Duque, que el 1 de agosto cumplió 42 años, quiere hacer un gobierno modernizador cuyos pilares sean "legalidad, emprendimiento y equidad", con ejes transversales en infraestructura, innovación y sostenibilidad ambiental.

En la primera reunión que tuvo a finales de julio con su futuro gabinete, Duque explicó que no quiere funcionarios encerrados en sus despachos o en salones palaciegos sino en contacto permanente con la ciudadanía y las regiones, pues es queja recurrente de funcionarios locales la excesiva centralización del poder público en Colombia.

Austeridad es otra palabra clave en el discurso de Duque, quien consciente de la necesidad de reducir el gasto público ha subrayado habrá "responsabilidad en el manejo de los recursos" del Estado.

Para gobernar, contará con una bancada mayoritaria en el Congreso donde el Centro Democrático logró forjar alianzas con partidos de distinto signo como el Conservador, el Liberal, Cambio Radical y el de La U, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes, que comenzaron sus sesiones el pasado 20 de julio.

Sin embargo, esa alianza se presenta frágil, no solo por el amplio abanico de fuerzas que la conforman, sino porque Duque está empeñado en sacar adelante una agenda legislativa basada en acuerdos en temas de interés nacional, sin dar a cambio a los políticos cargos públicos o contratos, la puerta de entrada a la corrupción, y habrá que ver hasta dónde están dispuestos a aceptarlo.

Ese escenario se le puede complicar con la renuncia al Senado del jefe de la bancada del Centro Democrático, el expresidente Álvaro Uribe, tras ser citado a indagatoria por la Corte Suprema de Justicia en un proceso por soborno y fraude procesal.

En las pasadas legislaturas, cuando estaba en la oposición, Uribe no solo mantuvo cohesionada a su bancada, sino que además fue la punta de lanza contra el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, principalmente en los asuntos referentes al proceso de paz con las FARC, y su ausencia seguramente va a ser muy sentida por Duque cuando tenga que defender sus proyectos de ley en el Congreso.