La economía española creció el 0,6 % en el periodo abril-junio, de forma que redujo una décima el ritmo de crecimiento de los tres trimestres precedentes, por el menor dinamismo del consumo y la inversión en construcción y pese al repunte de la inversión empresarial.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) comunicó hoy el avance del PIB, que deberá confirmar el próximo 28 de septiembre, y que sitúa el avance trimestral una décima por debajo del previsto por el Banco de España en su boletín económico del pasado 27 de junio.

La variación interanual del PIB en el periodo abril-junio fue del 2,7 % (tres décimas por debajo de la contabilizada en el trimestre precedente), un avance sustentado en la demanda nacional, que aportó 2,9 puntos, ya que la exterior restó 0,2 puntos.

El empleo aumentó el 0,8 % en tasa trimestral, tres décimas superior al alza del trimestre precedente, mientras que en tasa interanual moderó una décima su crecimiento, hasta el 2,5 %, lo que supone un incremento neto de aproximadamente 448.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.

De vuelta a los datos trimestrales, se moderó cinco décimas el consumo de los hogares (hasta el 0,2 %) un comportamiento a la baja que también experimentaron las instituciones sin ánimo de lucro (1,3 puntos, hasta el 0,6 %), mientras que las Administraciones lo aceleraron (dos décimas más hasta el 0,7 %).

Por su parte, la inversión mejoró 1,8 puntos (hasta el 2,6 %) empujada por la inversión empresarial, que pasó de caer el 1,6 % a dispararse al 5,5 %, mientras que la construcción se moderó 1,3 puntos hasta el 1,1 %.

En cuanto a la demanda exterior, las exportaciones disminuyeron el 1 %, frente al alza del 1,3 % del trimestre precedente, y las importaciones cayeron el 0,3 %, frente al aumento también del 1,3 %.

Respecto al año anterior, sólo la inversión dinamizó el crecimiento, al subir el 5,6 %, impulsado por la inversión empresarial y, en menor medida, por la construcción, mientras que el consumo se moderó cuatro décimas hasta el 2,2 %, lastrado por los hogares y las instituciones sin ánimo de lucro.

De esta forma, el INE explica que se observa una menor aportación de la demanda externa (que resta 2 décimas al crecimiento frente a las dos que aportó el trimestre anterior) y una mayor aportación de la demanda nacional, de 2,9 puntos, una décima más que el periodo precedente.

Así, las exportaciones de bienes y servicios moderaron dos puntos su ritmo, hasta crecer el 1,2 %, por el empeoramiento de las ventas al exterior de bienes y de servicios, así como del gasto de los no residentes.

También moderan su crecimiento las importaciones, siete décimas hasta el 2,1 %, por las menores compras al exterior de bienes, en tanto que aceleran las de servicios y disminuye el gasto de residentes en el resto del mundo.

Por el lado de la oferta, tanto el sector primario como la construcción y la industria registraron un comportamiento mejor que en el trimestre precedente, mientras que se redujo el de los servicios.

La evolución del empleo sólo fue mejor en el sector de la construcción respecto al trimestre precedente, mientras que empeoró en la agricultura, la industria y los servicios, sobre todo, en las actividades financieras y de seguros.

La tasa anual de las horas efectivamente trabajadas subió el 2,7 % y el crecimiento de la productividad aparente por hora trabajada se mantuvo.

La remuneración de los asalariados mejoró cuatro décimas hasta crecer el 4 % anual, fundamentalmente como consecuencia del aumento del número de empleados (3,2 %) y el alza de la remuneración media (0,7 %).

La variación anual del coste laboral unitario creció el 0,6 %, una décima por debajo del deflactor implícito del PIB (0,7 %).