El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, ha dicho este martes ante su homólogo de Portugal que el Gobierno quiere aprender de la experiencia portuguesa para lograr el crear crecimiento económico y empleo manteniendo la estabilidad presupuestaria, una "receta" que Augusto Santos Silva ha resumido en dos puntos clave: fin de la austeridad y apoyo parlamentario para llevar a cabo sus políticas.

Borrell, que "como economista" se ha identificado con que "las políticas que matan el crecimiento no pueden sacar a un país de la crisis", ha reconocido que hay una "clara diferencia" entre Portugal y España, y es que el Gobierno portugués tiene garantizado el apoyo parlamentario.

En España, ha dicho Borrell, los partidos que apoyaron la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa no votaron a favor de este gobierno sino en contra del anterior, y ahora hay que ver cómo eso se convierte en la posibilidad de elaborar unos futuros Presupuestos Generales del Estado (PGE).

En Portugal, el socialista Antonio Costa llegó al Gobierno en 2015 con una moción de censura apoyada por el Bloque de Izquierda, el Partido Comunista Portugués (PCP) y los ecologistas. Sin embargo, según ha explicado Santos Silva, no es del todo cierto que esté en minoría. El Gobierno es monocolor pero está basado en acuerdos escritos con sus socios de gobierno en los que quedan claras las convergencias y las diferencias. Así, es un gobierno en minoría en política exterior, pero en política económica y social tiene el apoyo del Parlamento.

Santos Silva ha remarcado que el Gobierno portugués ha conseguido consolidar sus cuentas públicas no por la vía de "frenar" la economía, sino de orientarla al crecimiento para conseguir más ingresos para el Estado. Borrell ha estado de acuerdo en que solo así se puede reducir el déficit de forma sostenible, porque cuando los déficit se recortan "de forma brutal no hacen más que reproducirse y tienen un efecto bumerán".

"CONSEGUIR QUE LA MAYONESA NO SE CORTE"

Así, cree que Europa tiene mucho que aprender de la experiencia portuguesa y el "encaje de bolillos" que han conseguido hacer frente al caso griego o al italiano. Eso sí, ha admitido que, una vez conocida la receta "el problema es cómo aplicarla. "Todo el mundo sabe cómo hacer la mayonesa pero a algunos se les corta y a otros no. Es la gracia del cocinero", ha ilustrado, añadiendo que España tiene ahora que "conseguir que la mayonesa no se corte".

En todo caso, España y Portugal, como ya avanzaron Pedro Sánchez y Antonio Costa el 2 de julio en Lisboa, se proponen colaborar, como gobiernos de izquierdas y europeístas, para tener "un papel en el rediseño de la Europa que viene", ante desafíos como las migraciones y la reforma de la Unión Económica y Monetaria.

España quiere que ambos tengan un "papel estratégico propositivo", que no deje el impulso europeo solo a Francia y Alemania frente a los recelos del Este o, ahora, de Italia. Para Borrell, España y Portugal pueden contribuir, desde la izquierda, a un nuevo relato para la UE, un proyecto que se creó en el siglo XX para resolver los problemas intraeuropeos cuando en el siglo XXI la mayor parte de los desafíos vienen de fuera del continente.

Santos Silva ha viajado a España para preparar la próxima cumbre sobre interconexiones energéticas que celebrarán el viernes en Lisboa los primeros ministros de ambos países junto al presidente francés, Emmanuel Macron, y el comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete.

El objetivo es que la península ibérica deje de ser casi "una isla" en materia energética, en palabras de Santos Silva, pero han preferido dejar los anuncios para los jefes de Estado y Gobierno. Eso sí, Borrell ha mencionado que siempre puede haber "diferencias en las prioridades sobre distintos tipos de energía" y, como contexto, la necesidad de buscar alternativas energéticas y las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la dependencia energética europea de Rusia.

"AFINAR POSICIONES" SOBRE IBEROAMÉRICA

Ambos han hablado también de la próxima cumbre bilateral entre los dos países, prevista para el otoño en España y han asegurado que entre ambos no hay contenciosos desde 1640. Eso sí, Borrell ha llamado a "afinar" más las posiciones de ambos países sobre asuntos iberoamericanos, convencido de que así podrán actuar más como "catalizador para resolver algunos problemas". En concreto, ha puesto como ejemplo que España apoyó una propuesta de resolución del Grupo de Lima sobre Venezuela, mientras que Portugal no lo hizo.

Por su parte, Santos Silva ha dado por bien canalizadas las diferencias surgidas en torno a la central nuclear de Almaraz, en Cáceres, por la construcción de un almacén de residuos, y en torno al proyecto de una mina de uranio en Retortillo (Salamanca), que generaron preocupación por su impacto potencial en Portugal.

Ambos países, ha explicado, acordaron una hoja de ruta para intercambiar información con exactitud y España está cumpliendo, de manera que Portugal está puntualmente informado sobre todo lo relacionado con Almaraz y también se está cumpliendo el procedimiento diseñado para Retortillo.

A partir de 2019 los dos países tienen por delante también la conmemoración del quinto centenario de la primera circunnavegación de la tierra a cargo del portugués Fernando de Magallanes y el español Juan Sebastián Elcano. La expedición partió de Sevilla capitaneada por el portugués y financiada por la Corona española el 10 de agosto de 1519 y terminó tres años después, tras la muerte de Magallanes, en Sanlúcar de Barrameda por parte de una única nave liderada por Elcano.