Las autoridades tailandesas aseguraron hoy que ven "condiciones favorables" para proceder al rescate de doce niños y un adulto atrapados desde hace dos semanas en una cueva del norte del país.

El receso en el nivel de las inundaciones en la caverna y la recuperación de fuerzas por parte de los niños, después de resistir sin comer durante varios días, son factores que evalúan los equipos de salvamento que llevan la misión.

Narongsak Ossottanakorn, gobernador de la provincia de Chiang Rai -donde se encuentra la cueva-, evitó este sábado precisar una fecha para el inicio del operativo pero dejó entrever que la misión podría tener lugar en un futuro próximo.

"La situación es cambiante, hay que evaluar los planes todas las jornadas. Pero hoy es uno de los mejores días, tenemos un tiempo apropiado por lo que tenemos que planificar y actuar rápido", señaló el político, que anoche negó que fueran a actuar.

El responsable también anunció que han logrado solventar una de las últimas preocupaciones al mantener bajo control los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la gruta donde permanecen las personas enclaustradas.

"Hemos conseguido trasladar bombonas de oxígeno hasta la cavidad, donde han sido abiertas (...) la tarea ahora es mantener el equilibrio adecuado" entre ambos elementos para evitar situaciones adversas, apuntó en rueda de prensa.

El oficial dijo que desde este momento solo cuatro doctores de la operación de rescate permanecerán en tareas de asistencia junto a los menores, para rebajar el consumo de aire.

Los problemas con el oxígeno también se replican en la conocida como "caverna 3", donde los militares han instalado un campamento provisional.

"Solo vamos a mantener desplegado al personal estrictamente necesario", dijo Narongsak.

Las autoridades barajan dos opciones para la salida del grupo: bucear a través de los pasadizos inundados o encontrar una fisura en la montaña que sirva como puerta de salida alternativa.

"Hay que actuar antes de que se cierre la ventana" de oportunidad, comentó un miembro del destacamento de asistencia de las Fuerzas de Seguridad de Australia.

El nivel de agua continúa descendiendo gracias a la ventana de buen tiempo, la salidas de escape naturales y los trabajos de drenaje artificial.

Sin embargo, las autoridades apuntan que la cantidad todavía es elevada en zonas cruciales durante el camino hacia el exterior.

"Ayer apagaron los motores (de las bombas de drenaje) durante unos minutos y constataron una subida del nivel" de las inundaciones, señaló Rafael Arush, del equipo de buceadores voluntarios.

Visiblemente delgados, pero en buen estado anímico y de salud, los chavales están siendo atendidos en la gruta por los doctores.

"Estamos bien", es el mensaje común que los escolares y el tutor han escrito en unas breves cartas que ya han sido entregadas a sus familiares.

El grupo -compuesto por doce niños de entre 11 y 16 años y un adulto de 26- fue encontrado la noche del lunes en una isla de terreno seco a 4 kilómetros dentro de la caverna y tras nueve días de intensa búsqueda en la que participaron más de 1.300 personas.

Gracias a la ingesta de complementos vitamínicos, las víctimas recuperan poco a poco las fuerzas de cara a la segunda fase: la salida de la cueva situada en el parque natural Tham Luang-Khun Nam Nang Non, en la frontera entre Tailandia y Birmania.

Para ello, los escolares y el monitor han comenzado un entrenamiento intensivo para aprender a bucear, una opción de elevado riesgo, pero que según los expertos sigue siendo la más probable.

El Departamento de Meteorología de Tailandia estima la llegada de lluvias a Chaing Rai, un factor de riesgo que adelantaría el inicio de la misión.

Mientras tanto efectivos militares rastrean el terreno de la montaña en busca de una fisura o chimenea que acceda a la zona donde se encuentran los niños.

Este jueves, un buzo -de 38 años- antiguo miembro de la marina tailandesa perdió la vida cuando se encontraba buceando tras completar una misión de abastecimiento.

El fallecimiento del experimentado buceador sirve de ejemplo, según las autoridades, para exponer la dificultad de las tareas de salvamento a las que se enfrentan los equipos.

Los trece se internaron en las galerías el sábado 23 de junio tras un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida.