Alrededor de 375.000 niños en España están en situación de carencia severa y no tienen garantizadas sus necesidades alimentarias durante los meses de verano, una realidad que el Gobierno quiere atajar con el Plan Veca, dotado con 10 millones de euros y destinado, sobre todo, a comedores escolares.

La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, dio a conocer ayer este plan de choque contra la pobreza infantil que duplica los fondos destinados al programa ya existente de ayuda a comedores de verano, al pasar de 5 a 10 millones de euros.

De esta forma, el Gobierno prevé que las ayudas cubran las necesidades del doble de menores que en años anteriores y que todos aquellos niños que cumplan requisitos de carencia severa y que estén en riesgo de pobreza serán atendidos. No obstante, Celaá garantizó que, si es necesario aumentar la dotación del plan, se hará, porque "no podemos permitirnos que los derechos de los niños estén tan desprotegidos".

El Plan impulsado por la Alta Comisionada para la Lucha contra la Pobreza Infantil, María Luisa Carcedo, se implantará en colaboración con las comunidades autónomas y ayuntamientos, e incluirá desayuno y comida en los comedores infantiles, y también la cena en el caso de los menores más necesitados.

En este sentido, Celaá subrayó que el Ejecutivo quiere paliar los "efectos dramáticos" que el periodo vacacional tiene en los menores vulnerables de entre 4 y 6 años que "tras el verano llegan a la escuela perdiendo hasta 4 kilos de peso".

El plan contempla actividades extraescolares deportivas y de aprendizaje para los chavales de entre 12 y 16 años que no hayan tenido la oportunidad de salir de sus hogares para tener "unas vacaciones".

Las principales organizaciones que trabajan con la infancia más vulnerable han celebrado la medida del Gobierno, aunque coincidieron en que es insuficiente, por lo que pidieron políticas globales para acabar con la pobreza estructural.

Así, la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Unicef Comité Español, Maite Pacheco, valoró "cualquier esfuerzo" para que estos niños tengan las mismas oportunidades que los que no viven en riesgo de pobreza, si bien matizó que se trata de una medida "claramente insuficiente" y "un poco parche". El director general de Save the Children, Andrés Conde, consideró que estas medidas son solo "de emergencia social".