El exministro de Hacienda Cristóbal Montoro ha afirmado hoy en el juicio por el "escrache" que sufrió en 2014 en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) que fueron "prudentes" para evitar atropellar a los concentrados, mientras la entonces líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, ha dicho que sintió "pánico".

En la sección quinta de la Audiencia de Barcelona se ha celebrado hoy la tercera sesión del juicio por este caso, en el que la fiscal pide penas de hasta ocho años de cárcel para seis jóvenes por atacar a la comitiva del PP tras un mitin, el 21 de mayo de 2014, de la campaña de las elecciones europeas, arrojando piedras y dando patadas y golpes a los vehículos en que iban el exministro Montoro y Sánchez-Camacho.

A diferencia de la versión esgrimida por los acusados ante el tribunal, en el sentido de que fue el coche del ministro el que se abalanzó sobre ellos, Montoro ha sostenido que el chófer, a quien ha felicitado por su profesionalidad, hizo una conducción "lenta y prudente para evitar cualquier tipo de atropello".

"Salimos y nadie quedó lesionado. La conducción fue lenta y prudente para evitar cualquier tipo de atropello", ha remarcado Montoro, desmintiendo la versión de los acusados, ya que, según ha insistido, el vehículo circuló de forma "prudencial sin causar riesgo para los transeúntes".

Montoro, que ha declarado por vídeo-conferencia desde el Congreso, ha resaltado que, más que por su seguridad, lo que le preocupaba era que el enfrentamiento que estaba produciendo en Vilanova en contra de la comitiva del PP provocara "daños irreparables" para los policías desplegados o para los concentrados.

No obstante, ha celebrado que, pese a la "violencia" ejercida por los protestantes, nadie resultó herido.

Montoro ha explicado que cuando llegó a Vilanova había una comitiva que les "increpó", pero pudieron entrar al acto sin ningún problema, y que únicamente les arrojaron gravilla, sin ningún intento de agresión, gracias al cordón policial.

Sin embargo, cuando finalizaron el acto, era "imposible" salir porque un grupo de concentrados "se interponía", intentando bloquearles, golpeando los vehículos con palos de banderas e incluso tratando de abrir la puerta y subirse en el capó del coche.

"No hubo un percance mayor. Hubo violencia, pero no consecuencias irreparables gracias a la eficacia del equipo de seguridad, que no tuvo que hacer uso de mayor fuerza", ha resaltado el exministro.

Montoro ha afirmado que vio a alguno de los concentrados grabando el incidente, por lo que pensó que esperaban que hubiera una reacción policial para luego divulgar los vídeos en plena campaña electoral.

El exministro, que ha apuntado que se sintió amenazado, aunque no temió por su vida, no ha querido evaluar la labor de los Mossos d''Esquadra, pero ha indicado que la situación debería haberse evitado "con una mejor prevención".

Con mayor dureza se ha expresado ante el tribunal la entonces líder del PP Alicia Sánchez-Camacho, que ha confesado que sintió "pánico" porque temía que los concentrados pudieran romper las lunas del coche, que era del PP de Cataluña y no del ministro y no estaba blindado, o que incluso lo volcaran porque lo estaban golpeando y "zarandeando".

"Me pareció eterno, pasé mucho miedo", ha relatado Camacho, que ha desvelado que la "encerrona" que sufrió en Vilanova fue el "momento de mayor riesgo real" de su carrera política y ha agregado que seguía aún sin entender por qué los Mossos d''Esquadra les impidieron salir por la puerta principal y tuvieron que optar por una vía lateral, en una calle peatonal.

Camacho ha denunciado que el ataque que sufrieron tenía un "componente de exclusión y de odio" contra el PP, ya que trataron de impedir su libertad de expresión y posteriormente les zarandearon y atacaron golpeando el vehículo "permanentemente".

"Al salir, había seguridad. Lo que no entiendo es que había coches de los Mossos delante del vehículo (de la comitiva del PP) que no nos permitían salir", ha indicado la exdirigente popular, que ha subrayado que creía que había opciones de salida rápida para "evitar la encerrona" que sufrieron.

También ha indicado que los mossos se negaron a quitar los maceteros que impedían la salida por la calle peatonal, alegando que no era esa su labor, por lo que lo tuvieron que hacer los agentes de la policía local y asistentes al acto electoral.

Camacho, que al igual que Montoro no pudo identificar a ninguno de los acusados tras los incidentes, ha remarcado que los concentrados "no defendían ningún derecho ni idea, estaban actuando violentamente".