El presidente argentino, Mauricio Macri, defendió hoy la petición de ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que "ya venía madurando" hace tiempo, porque va a permitir "planificar bien" un ajuste que se va a "acelerar".

"Queremos trabajar con instituciones serias como el FMI, que nos da la oportunidad de planificar bien este gradualismo que vamos a acelerar hacia el equilibrio macroeconómico", declaró el mandatario en una comida de gala de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina.

Macri explicó así su reacción ante un "cambio de mercado" que "ya se veía venir", y explico que "por eso tomó la decisión que venía madurando".

El presidente expresó que su programa "no es un camino fácil, lo hemos vivido hace quince días", en un "momento de máxima tensión, y señaló que su Gobierno heredó una situación que genera "una enorme dependencia", con "un Estado que gasta más de lo que tiene y cobra impuestos de más".

"Tenemos que resolver esto", recalcó, porque la dependencia de mercados internacionales "más volátiles que nunca" afecta especialmente a los mercados emergentes, y "aquel que es más dependiente es más vulnerable".

Para Macri, el equilibrio fiscal es "necesario pero no suficiente", y la importancia del sector privado es "absoluta", porque Argentina viene de años de "no generación de empleo privado" y de creación "artificial" de empleo público, una estrategia del "populismo" para "hacer creer que había movimiento positivo en una sociedad que estaba estancada".

El mandatario expuso que "si algo le falla al sistema productivo argentino es que no hay crédito", al que solo acceden el 13 % de las compañías del país, una "locura" causada por "un Estado que te aplasta, que te estafa sistemáticamente".

El político llamó a los argentinos a reclamar "responsabilidad" a sus dirigentes.

Así, en referencia a un proyecto de la oposición para frenar por ley los aumentos en las tarifas de servicios públicos como el gas o la electricidad, dijo que "no se pueden sancionar leyes que destruyen un presupuesto que se acaba de aprobar".

"Eso es destruir el empleo futuro", criticó, y añadió que los legisladores deben entender que el país tiene que ser "previsible, confiable".

En opinión del presidente, el mundo apoya a Argentina "como nunca antes en su historia", y aseguró que los participantes en la cumbre de ministros de Exteriores del G20 en Buenos Aires, que terminó ayer, "han ratificado la enorme confianza en el proceso" que recorre Argentina.

Macri apuntó a que durante el kirchnerismo estaba "neutralizada la conducción de cada empresa" y los argentinos "anestesiados", porque existían "controles de todo, un señor decía cuanto podían vender, un sindicato decidía cuales eran los salarios...", enumeró.

"Pero eso ya pasó", afirmó el presidente, que se dirigió a los empresarios para decirles que necesita su "músculo" y que es "fundamental que el sector privado ponga ritmo" y "se suba a la batalla de la productividad y la competitividad".

Macri también pidió que los empresarios comuniquen al Gobierno cuáles son los trámites burocráticos que frenan la actividad ("es muy importante que vengan a decirnos ''esto nos complica''"), aunque señaló que si van a solicitar "más subsidios, más reembolsos", su respuesta será: "No, no hay más".