Hospitales y centros de salud, personal sanitario, pacientes y ambulancias fueron objeto de más de 700 ataques durante 2017, si bien se cree que la cifra total sería superior ya que no siempre queda constancia de este tipo de sucesos, según el último informe publicado esta semana por la Coalición para la Salvaguarda de la Salud en Conflicto.

En su informe, ''Violencia en las líneas del frente: Ataques contra la atención sanitaria en 2017'', la coalición contabiliza 701 ataques en 23 países y advierte de que los ataques contra la atención sanitaria en zonas de conflicto en todo el mundo continúan con impunidad y podrían estar aumentando.

"El mundo sabe de las atrocidades contra la atención sanitaria en Siria --y el informe revela más de 250 actos de violencia contra instalaciones sanitarias, transporte y personal allí, la cifra más alta en el mundo-- pero Siria no es el único país: los gobiernos y grupos armados infligen violencia contra la atención sanitaria con impunidad en conflictos en todo el mundo", subraya el presidente de la coalición, Leonard Rubenstein.

"Las cifras no cuentan la historia completa de la violencia infligida contra pacientes y médicos, enfermeras, técnicos de laboratorio y conductores de ambulancia que han hecho su misión en la vida ofrecer servicios cruciales de atención a las personas que lo necesitan", lamenta Rubinstein.

El informe revela que los diez países que registraron más ataques contra la salud en 2017 fueron Siria (252), Palestina (93), Afganistán (66), República Centroafricana (52), Sudán del Sur (37), Irak (35), Yemen (24), Nigeria (23), República Democrática del Congo (20) y Pakistán (18).

El informe define como ataque contra la atención sanitaria cualquier acto de violencia física o verbal, obstrucción o amenaza de violencia que interfiera en la misma, lo que incluye ataques para asesinar a pacientes, trabajadores sanitarios u otros o para destruir instalaciones médicas, además del saqueo de medicamentos y otros suministros humanitarios.

Por otra parte, en 15 países, unos 56 programas sanitarios se vieron obligados a cerrar debido a la inseguridad, lo que dejó a los ciudadanos con servicios esenciales. En este ámbito, la Media Luna Roja Palestina ha documentado 33 incidentes en los que las fuerzas de seguridad israelíes restringieron el paso de ambulancia en los territorios palestinos.

En el caso de Pakistán y Nigeria, los trabajadores de las campañas de vacunación han sido objeto de ataques, lo que ha dejado a miles de niños en riesgo de no poder ser inmunizados contra la polio, precisa el informe.

Susannah Sirkin, directora de política internacional y alianzas de Physicians for Human Rights (PHR), uno de los miembros de la coalición, incide en que todos estos ataques hacen mucho más que destruir edificios y matar a personal sanitario. "Estos ataques aterrorizan a comunidades, privan a civiles que ya están sufriendo del tratamiento vital que se merecen", subraya.

"En muchos casos, son atroces violaciones del Derecho Internacional Humanitario y pueden destruir cualquier posibilidad para que las comunidades puedan reconstruir y restaurar su humanidad en medio del brutal trasfondo de la guerra", resalta Sirkin.