España, al igual que el resto de países de la periferia europea, sufre por las dudas que genera en los inversores la actual situación política de Italia, lo que ha llevado a la prima de riesgo española a rozar los 90 puntos básicos y al bono a diez años a niveles de principios de marzo.

Pero los expertos consideran que, a diferencia de experiencias pasadas, la baja inflación de la zona euro actúa en estos momentos como "bálsamo" para que la rentabilidad que exigen los inversores por la deuda en el mercado secundario no se haya disparado tanto.

Aún así el riesgo país español lleva más de 15 días por encima de los 70 puntos básicos y no encadenaba una racha tan larga por encima de esa cota desde principios de marzo con un pico de 81 puntos básicos el 16 de mayo.

También desde comienzos de marzo la rentabilidad del bono español a 10 años, plazo que sirve como referencia, no superaba el 1,4 % y no cerraba una semana por encima de este interés desde principios de ese mismo mes, lo que indica una mayor desconfianza por parte de los inversores.

A su vez, cuando en el mercado secundario los intereses de la deuda española suben, el coste de financiación del Estado y, por tanto del conjunto de la economía, también aumentan, ya que los inversores exigen rentabilidades mayores en las nuevas emisiones.

Las alarmas en el mercado de renta fija saltaron el pasado 16 de mayo con la filtración de un borrador para el acuerdo entre el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la Liga Norte, donde se exponía la posibilidad de una salida del euro y la petición de condonación de 250.000 millones de deuda.

Ambas formaciones declararon que ese texto se trataba de un borrador antiguo y en el actual se había "modificado ampliamente" y habían decidido "no debatir sobre el euro" y las tensiones generadas en el mercado fueron calificadas por el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, como "jueguecitos de las finanzas".

En el acuerdo definitivo de gobierno, anunciado este viernes, se incluye discutir algunos tratados europeos sobre el sistema económico o aplicar al Banco Central Europeo (BCE) "el estatuto vigente de los principales bancos centrales del mundo".

La prima de riesgo italiana, el mejor indicador de la confianza en el país, ha subido 47 puntos en siete días y ha cerrado la semana en 165 puntos básicos, máximos de octubre de 2017, después de que el bono transalpino llegara al 2,229 %, niveles de junio de 2017.

El estratega de inversiones Víctor Alvargonzález opina que el mercado "simplemente pone en aviso" al nuevo Gobierno italiano de que, si quiere "jugar con Europa", el resultado puede ser mucho peor que estas subidas que las considera "pequeñas" en relación con el panorama que se puede abrir tras la formación de gobierno.

En el caso de que el próximo Ejecutivo italiano aumente el déficit, en contra de lo que desea la Unión Europea, y pida la condonación de parte de la deuda de bonos comprados bajo el programa de compras del BCE, "entonces sí se verá muy afectada la renta fija de toda la periferia europea", señala Alvargonzález.

"Si hubiese habido un reflejo máximo del temor de los mercados a la nueva situación, la prima de riesgo italiana habría subido a 600 puntos básicos y me quedo corto", sentencia.

Las dudas que genera Italia también han salpicado al resto de países periféricos europeos, ya que la prima de riesgo de Portugal ha cerrado en 129 puntos básicos, niveles de comienzos de marzo, y el riesgo país heleno en 396 puntos básicos, finales de 2017.