Las autoridades indonesias confirmaron hoy el fin del motín carcelario, en el que han perdido la vida al menos cinco guardas de seguridad y un reo, tras la puesta en libertad del único rehén que mantenían los presos.

Esta mañana, las autoridades intervinieron en la prisión para zanjar la revuelta y soltar al guarda retenido, quien posteriormente fue trasladado a un hospital de Yakarta para una evaluación médica.

Durante el operativo se pudieron escuchar varias explosiones en el interior de las instalaciones en el extrarradio de la capital, aunque el comisario general de la Policía Nacional señaló a los medios que "no hubo fallecidos" durante esta misión.

Según el oficial, cerca de 150 presos "se entregaron".

Syafruddin indicó que los sublevados se hicieron con el control de unas 30 armas y tomaron tres de los bloques del centro de detención, situado en el cuartel general de la policía en la ciudad satélite Depok, que aloja en su mayoría a sospechosos o convictos por terrorismo.

Cinco guardias y un reo perdieron la vida durante los enfrentamientos iniciales del motín.

Los miembros de las fuerzas carcelarias fallecidos presentaban, además de heridas de bala, numerosos cortes por arma blanca.

Según la versión policial, el levantamiento comenzó cuando los guardias rehusaron entregar a un reo alimentos que había traído su familia, lo que provocó que el prisionero alentará a otros a sublevarse.

Las autoridades negaron que la revuelta esté relacionada con el Estado Islámico después de que Amaq News, la agencia vinculada al grupo islamista, difundiese imágenes en la redes sociales que muestran a más de una decena de presos con armas y símbolos de los extremistas.

El exgobernador de Yakarta Basuki Tjahaja Purnama, que fue condenado el año pasado a dos años de prisión por blasfemia, también se encuentra en la misma prisión pero en otro bloque y su círculo cercano ha asegurado a la prensa local que se encuentra a salvo.

Las fugas y motines carcelarios son comunes en Indonesia, donde la mayoría de los centros están masificados y los presos denuncian a menudo tratos abusivos por parte de los guardias y condiciones insalubres.