El deterioro de la seguridad en la frontera con Colombia ha provocado una sacudida política en Ecuador y la renuncia de dos ministros, al cumplirse el plazo dado por el jefe de Estado, Lenín Moreno, para detener a Walter Patricio Arizala, alias Guacho, a quien se le atribuyen atentados, secuestros y asesinatos en los límites fronterizos.

El presidente Moreno aceptó la renuncia de los ministros de Interior, César Navas, y de Defensa, Patricio Zambrano, un día después de que venciera el plazo dado por el gobernante para capturar a ese disidente de las FARC.

Poco después, Moreno designó en su lugar a Mauro Toscanini y Oswaldo Jarrín para ocupar las carteras del Interior y Defensa, respectivamente.

El nuevo ministro del Interior, ingeniero comercial, ha sido rector de la Universidad Católica de Guayaquil, y el de Defensa es un exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que fue ministro de Defensa entre 2005 y 2006.

La semana pasada, el presidente ecuatoriano exigió responsabilidades a los titulares de Interior y de Defensa y anunció que si en 10 días no era detenido Guacho, esperaba que ellos dieran "un paso al costado".

A Walter Patricio Arizala se le atribuyen ataques en el norte del país ocurridos desde el pasado 27 de enero, cuando estalló un coche bomba cerca de una estación de policía que causó 28 heridos leves.

Tras ese suceso, otros ataques con explosivos dejaron cuatro militares fallecidos y otros heridos.

Se le adjudica también el secuestro y asesinato en cautiverio del equipo de periodistas de El Comercio, de Quito.

Desde el pasado 26 de marzo, cuando fueron secuestrados los periodistas, Navas estuvo al frente del caso, que terminó en tragedia con el asesinato del periodista Javier Ortega, del fotógrafo Paúl Rivas y del conductor Efraín Segarra.

Además, apenas cuatro días después de confirmarse el asesinato del equipo de prensa, Navas informó de otro secuestro, esta vez de los ecuatorianos Oscar Villacís y Katty Velasco, también en la zona fronteriza con Colombia y presuntamente a manos de Guacho.

Ricardo Rivas, hermano del fotógrafo asesinato, declaró que la decisión de Moreno respecto a Navas y Zambrano respondió "a la presión social y la indignación que existe en el pueblo ecuatoriano por el mal manejo de este caso".

Supuso que con la medida Moreno pretende "oxigenar y darle más tranquilidad al suceso", pero insistió en que no descansarán hasta lograr conocer la verdad.

Añadió que los familiares de las víctimas esperan tener una reunión con los nuevos ministros a quienes les pedirán "celeridad" en las investigaciones.

La dimisión de los ministros se produjo un día después de cumplirse un mes del secuestro del equipo de prensa, sin que sus familiares hayan conseguido información clara ni sobre el proceso para el rescate ni sobre el paradero de sus cadáveres.

Los familiares de los integrantes del equipo de prensa reclaman por las inconsistencias en las declaraciones de Navas durante el proceso y exigen saber por qué no se contrató un equipo internacional e interdisciplinario para las negociaciones con los secuestradores.

Esperan también que les informen si existió un negociador, su experiencia y qué negociaba, y quieren conocer las acciones que hizo la Cancillería para manejar la crisis de forma binacional, pues se conoció que los secuestrados estaban en territorio colombiano.

Ricardo Rivas recordó hoy que la salida de Navas del cargo no lo exime de responsabilidades, por lo que sostuvo que los ministros deberán acudir a rendir declaraciones en caso de ser requeridos en el proceso de investigación.

Los familiares también piden a las autoridades de Ecuador y Colombia garantías para que el grupo de investigación internacional e independiente pueda trabajar en territorio ecuatoriano y colombiano a fin de esclarecer el caso.