Al "pistolero" que acabó con la vida del empresario lagunero Carlos Machín durante la noche del pasado martes no le tembló el pulso y acertó todos los disparos. Frente a las primeras informaciones que hablaban de que al cuerpo de la víctima habían llegado dos impactos (uno en la cabeza y otro en el pecho), los investigadores del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional tienen constancia de que la víctima recibió, al menos, ocho impactos de proyectil. El sicario vació el cargador de su arma automática y las balas llegaron a órganos vitales de Machín, que murió en el acto.

El nuevo dato no hace sino reforzar la idea de que los implicados en esta ejecución son "profesionales" que "sabían lo que hacían".

Además de la puntería del autor material, otro elemento clave en su manera de proceder fue el momento elegido para tirotear a su objetivo.

Machín arrancaba el Nissan Qashqai de su familia cuando recibió el ataque. Eduardo de Cobos, pluricampeón de tiro policial, experto en armamento y balística, así como perito judicial, señala que cuando alguien se encuentra sentado en su vehículo, colocándose el cinturón o arrancando el vehículo, es más vulnerable, porque tiene "reducida su movilidad y la capacidad de evasión es menor".

De Cobos reconoce que en sus cursos a policías les aconseja que, si tienen la certeza de que van a ser tiroteados dentro del automóvil, traten de salir del mismo lo antes posible.

Aclara que el proyectil rompe trozos de metal, plástico o cristal del coche que también acaban impactando contra la víctima que está en el interior.

Este experto comenta que muchas veces la única opción del tiroteado es abrir la puerta hacia la persona que efectúa los disparos.

Tanto Eduardo de Cobos como fuentes policiales comentan que la munición utilizada en este asesinato por encargo "es la más común" en Europa y, de hecho, es la que usan las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como el Ejército.

Desde la Policía Nacional indican que para adquirir legalmente ese tipo de balas hay que identificarse plenamente en las armerías (datos personales que quedan registrados en un libro) y mostrar la licencia de arma de fuego.

Por ese motivo, todo apunta a que los implicados en este tipo de sucesos compran la munición en el mercado negro.

Según Eduardo de Cobos, por el tipo de munición utilizada y los órganos a los que llegaron las balas, la muerte de la víctima fue instantánea.

El potente acelerante utilizado para quemar el coche utilizado por los delincuentes para huir del escenario del asesinato impidió hallar indicios a los agentes de la Policía Científica.

Al parecer, el mencionado automóvil, un Renault Clio, fue robado en la zona de Taco el día anterior a que se produjera el trágico suceso. Tras incendiar dicho turismo junto a la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en la zona de Gracia, los implicados reiniciaron su fuga en otro vehículo.

El Grupo de Homicidios continúa con la investigación para tratar de esclarecer esta muerte violenta, que ha generado mucha expectación, ya que Machín fue responsable de importantes locales de ocio nocturno de La Laguna durante muchos años. El empresario figuró en las escuchas telefónicas del caso Corredor, pero actualmente no estaba implicado en el mismo ni como acusado ni como testigo.