China criticó hoy la imposición de aranceles anunciada por EE.UU. a 1.300 productos chinos, entre los que figuran medicamentos y aparatos de tecnología, y afirmó que responderá con más medidas sobre los productos estadounidenses.

"Sin tener en cuenta las fuertes protestas de China, EE.UU. anunció las propuestas arancelarias que son completamente infundadas, una típica práctica unilateralista y proteccionista que China condena enérgicamente y a la que se opone firmemente", señaló en un comunicado el Ministerio de Comercio.

De esta forma respondió al anuncio de este martes de la Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos (USTR), que publicó un listado que incluye 1.300 productos chinos a los que planea imponer aranceles como respuesta a las prácticas comerciales que considera "desleales" de China.

Esta lista, que incluye aparatos de tecnología punta de las industrias aeroespacial y robótica, está ahora sujeta a un periodo de comentarios públicos de 30 días antes de que las tarifas proteccionistas entren en vigor.

China aseguró que esta medida no solo va en contra de los intereses chinos, sino también de los de EE.UU. y de la economía mundial, violando seriamente los principios básicos y el espíritu de la Organización Mundial del Comercio (OMC), por lo que anunció que recurrirá ante el organismo internacional.

"Prepararemos medidas de la misma magnitud para los productos estadounidenses. Estas medidas se anunciarán pronto. Confiamos y somos capaces de responder ante cualquier medida proteccionista de EEUU", advirtió el comunicado ministerial.

El gigante asiático, que es el segundo socio comercial de EE.UU., ya anunció este lunes la imposición de gravámenes a un conjunto de 128 productos estadounidenses en respuesta a las tarifas que Washington anunció el mes pasado sobre las importaciones de acero y aluminio chinos.

EE.UU. defendió hoy la imposición de aranceles por valor de hasta 50.000 millones de dólares para productos importados de China porque, según denuncia, las políticas de Pekín obligan a las empresas estadounidenses a transferir tecnología y propiedad intelectual a empresas chinas.

Este cruce de acusaciones y amenazas de nuevos aranceles aumenta los temores sobre una posible guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo y sus efectos globales.