"Nunca tuve ninguna duda, pero, ¿de qué ha servido?" Con esa resignación se expresó ayer el exconcejal de Urbanismo de Santa Cruz, Carlos Garcinuño, tras conocer que el juzgado ha avalado al menos una parte de los argumentos que defendió en la Junta de Gobierno del 26 de junio de 2017, en relación con la imposibilidad de que el solar que albergó el "mamotreto" de Las Teresitas pudiese ser asfaltado. A la postre, sería la última antes de su destitución.

El edil defendió en esa cita, y lo había advertido en reuniones anteriores, que asfaltar ese solar era una obra "ilegal". Y lo había defendido con tres argumentos: iba más allá de lo que establece la sentencia de derribo, suponía una carga para los condenados (que deben costear la demolición) que estos no tenían por qué asumir, y no se podía realizar por la clasificación que tenía el suelo (urbano no consolidado).

Lo que pasó después ya se conoce. El consistorio aprobó el expediente tal cual estaba redactado y el edificio de aparcamientos de la cabecera de playa se derribó. No obstante, la última Junta de Gobierno, celebrada el pasado lunes, dio cuenta de un expediente que pone en evidencia que la actuación del exedil de Urbanismo no iba del todo desencaminada.

Una vez finalizada la obra mayor -derribo y desescombro-, el ayuntamiento suspendió el final de los trabajos para consultar al Juzgado una propuesta de mejora técnica realizada por la dirección de obra que tenía que ver con las rasantes.

Y la respuesta del Juzgado ha sido que se continúe con el proyecto original, tal y como fue adjudicado, esto es que se nivele la superficie del solar con zahorra o picón. Es decir, que, como advertía Garcinuño, queda rechazado el asfaltado del espacio que ocupaba el "mamotreto", cuestión que contemplaba el pliego como mejora.