El consejero delegado de Ibercaja, Víctor Iglesias, ha descartado hoy un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en la estrategia de la entidad para los próximos tres años, después de que se haya reducido un 12 % la plantilla con el ERE acordado con los sindicatos en mayo de 2017.

Iglesias ha explicado en una rueda de prensa, con motivo de la presentación del Plan Estratégico 2018-2020 de Ibercaja a 1.500 directivos en el Palacio de Congresos de Zaragoza, que no tienen "previsto" iniciar una nueva regulación de empleados.

Y ha recordado que en el último trienio 2015-2017 se han reducido costes con el cierre de un 15 % de las oficinas y el recorte de la plantilla en un 12 %, lo que ha contribuido a mejorar los niveles de eficiencia y productividad de la entidad.

"Este relevante ajuste nos ha permitido recortar costes un 9 % desde 2014", ha precisado Iglesias, quien ha añadido que los niveles de productividad por empleados se ha incrementado un 15 % durante este tiempo.

El último Expediente de Regulación de Empleo, que afectó a 500 trabajadores de la entidad, fue acordado con los representantes sindicales en mayo de 2017, ha recordado.

De esas quinientas personas afectadas por el ERE, Iglesias ha puntualizado que todavía falta que 250 empleados dejen la entidad, una salida que tendrá su impacto en el nuevo plan 2018-2020.

Por otro lado, durante la convención se ha presentado también el balance del Plan Estratégico 2015-2017, la primera etapa de la transformación del banco, cuyos objetivos buscaban un mayor dinamismo comercial; el saneamiento del balance y más eficiencia operativa, según Ibercaja.

El primero de los objetivos -mayor dinamismo comercial- se ha conseguido con el incremento de 4.700 millones de euros de los recursos administrados de clientes en los últimos tres años, lo que supone un crecimiento del 9 %, ha explicado Iglesias.

Además, la entidad ha aumentado en un 32 % el saldo de fondos de inversión, planes de pensiones y seguros de ahorro y ha triplicado la producción de hipotecas.

En cuanto al balance, la entidad ha reducido en 1.600 millones de euros, es decir un 28 %, el volumen de activos improductivos y ha descendido la morosidad en un 34 %.

Se han reforzado también las ratios de solvencia, con una ratio de capital básico que ha subido 140 puntos hasta alcanzar el 11 %, mientras que la rentabilidad se ha visto condicionada, según ha indicado Iglesias, por un euríbor negativo, una falta de crecimiento del crédito en términos de riesgo y los esfuerzos en el saneamiento.

No obstante, ha asegurado que están "en la senda correcta" que les va a permitir en 2020 "mejorar la rentabilidad de nuestro negocio y alcanzar las metas que nos propongamos".