Si lo que se pretendía con la huelga y la protesta del 8 de marzo de este año era un punto de inflexión, al menos en la visualización en la calle, a favor de la igualdad real y efectiva entre sexos, las calles de Santa Cruz de Tenerife y de otros puntos de Canarias lo corroboraron anoche de forma aplastante.

Una impresionante manifestación feminista, cuya cola no había salido de la plaza Weyler una hora y cuarto después de que partiera la cabecera, derramó por las principales vías de la capital tinerfeña una sentida, festiva, argumentada y contundente protesta que, sin obviar, por supuesto, las justas exigencias laborales, salariales y sociales, así como la lucha contra la violencia de género y los micromachismos continuos, trascendió todo eso y se convirtió en un crisol reivindicativo contra siglos, milenios de patriarcado: fue, en el fondo, un gran pellizco simbólico, una gigante advertencia, un grito de cambio cultural que afronta desde hoy el reto de la conquista diaria.

Sobre las 19:10 partió una interminable serpiente, mayormente femenina. La policía calculó la asistencia de unas 25.000 personas, pero hubo, seguro, bastantes más por la gente que iba y venía. También hubo mucho hombre, niños y hasta perros. Al inicio, no se presagiaba tanto éxito, pero, a medida que se fue desplegando, las colas para entrar a Santa Cruz con coche, los tranvías repletos y los riachuelos dirigiéndose a Weyler cobraron un rotundo sentido. La conciencia de que algo está cambiando creció a medida que la sensación de éxito era ya innegable y eso se notó desde el coche cabecera con la megafonía al cierre de la "manifa", como casi siempre con la CNT presente.

En medio, numerosos colectivos, sindicatos como UGT y CCOO unidos, si bien los de Comisiones con banderolas moradas elaboradas para la ocasión. Por supuesto, este fue el color principal y se apreció hasta en los labios de la exvicepresidenta Patricia Hernández, quien se integró entre los socialistas, que portaban una pegatina también pensada para la ocasión.

Otros políticos que se dejaron ver fueron los diputados Manuel Marrero y Natividad Arnáiz (Podemos) o la consejera insular de Deportes, Cristo Pérez (CC). Hubo otros ediles (del Puerto, por ejemplo), pero la manifestación fue, principalmente, una elocuente demostración de poderío feminista con demasiadas razones para gritarlas, corearlas o escribirlas.

Los sindicatos repitieron por la noche lo que clamaron durante todo el día y llevan exigiendo años: medidas y avances reales para una igualdad efectiva. Según dichas centrales (si bien anoche estuvieron presentes otras muchas), el seguimiento de la huelga por la mañana fue del 60% en el subsector sanitario, del 50 en el hotelero (con mucho acto simbólico y con las kellys también en la "manifa"), del 90 en el agrícola, del 80 en la administración, del 70 en los medios y del 90 en el transporte.

Por la noche, y más allá de otras luchas, como las banderas de arco iris que ondearon, esos datos se tradujeron en lemas más que explícitos. Por ejemplo, y entre otros muchos, las pancartas que recordaban que "somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar". También esa contundente de "no somos tus p...; somos tu hija, tu hermana y la madre que te parió", sin olvidar el de "os da miedo el feminismo porque creéis que vamos a hacer con ustedes lo que hacéis con nosotras". Por supuesto, muchas alusiones a un Manolo genérico, que anoche tenía que hacerse la cena o fregar. Y algunos igual de convincentes, como el de que "de camino a casa quiero ser libre, no valiente"; "No quiero tus piropos, quiero tu respeto"; "Lo que llaman amor es trabajo no pagado"; "Yo no salí de tu costilla, tú saliste de mi co..." o ese de "No, calladitas no estamos más guapas, somos preciosas cuando luchamos".

Entre las consignas gritadas, y con aplausos "in crescendo"que emocionaban cada poco tiempo, se oyó eso de "no estamos solas, venimos en manada"; "No son muertas, son asesinadas"; "Gobierno, revienta, queremos presidenta"; "Patriarcado y capital, alianza criminal"; "el machismo, eso sí que es terrorismo" o "huelga de cuidado contra el patriarcado". Ya en la plaza de España, un denso manifiesto resumió la lucha y una bengala violeta tiñó y presagió, quizás, el futuro.

lemas y datos

Las pancartas y consignas fueron muy elocuentes anoche, como esa de que "lo que llaman amor es trabajo no pagado"

"No estamos solas, venimos en manada"; "El machismo, eso sí que es terrorismo" o "patriarcado y capital, alianza criminal"

Muchas portaron mensajes como el de que "no, calladitas no estamos más guapas; somos preciosas cuando luchamos"

Hubo mucha alusión a un Manolo genérico al que se le advertía de que tendrá que fregar y hacerse la cena, y no solo anoche

UGT y CCOO calculan un 90% de huelga matutina en el campo y el transporte público, así como de un 80 en la administración

En sanidad, se registró un 60%, un 70 en los medios y un 50 en hostelería, aunque hubo mucho acto