El tramo de la calle Doctor Allart que permanecía cerrado desde hace un año, aproximadamente, tras la caída de cascotes que se produjo desde un edificio, puede reabrir de nuevo al tráfico rodado y de peatones. La Gerencia de Urbanismo ha dado por buenas las medidas de protección tomadas por el propietario del inmueble, que ha forrado con una malla verde la parte de la fachada desde la que cayeron trozos de cemento.

Así lo recoge una resolución firmada por el edil del área, Carlos Tarife, de la que ya tiene constancia el área de Seguridad, por lo que la Policía Local de la capital puede retirar el vallado que impedía el paso en el tramo afectado.

En concreto, eran unos 60 metros entre las calles San Pedro Alcántara y Cruz Verde. El edificio que presenta las deficiencias hace esquina, precisamente, con esta última vía.

El corte de la calle obligaba hasta ahora a los vehículos que bajaban por Doctor Allart -es zona restringida- a girar en la esquina de San Pedro Alcántara para seguir la marcha por la calle El Clavel, a la que se incorporaban en una curva con terrazas de locales muy cercanas a la vía. Ayer, Carlos Tarife y el concejal del distrito centro, José Carlos Acha, visitaron la zona, que aún permanecía con la valla colocada por el consistorio.

De cualquier manera, el caso de este edificio de la esquina de Cruz Verde con Doctor Allart viene de lejos. Ya en 2013, el Servicio de Disciplina Urbanística había alertado de la falta de mantenimiento. Es más, como no se tomaron las medidas oportunas, en febrero de 2014 se multó a sus dueños con 1.320 euros.

Al año siguiente, en mayo, Urbanismo concedió licencia de obra mayor para el adecentamiento, limpieza y saneamiento de grietas. Sin embargo, en agosto y en diciembre de ese año la Policía Local actuó en la zona por desprendimientos.

Por ello, en abril de 2016, la Sección de Inspección Urbanística y Actividades volvió a emitir un informe en el que se reiteraba a los propietarios su obligación de mantener el inmueble en condiciones de seguridad. La penúltima intervención municipal fue en abril de 2017, en la que se le ordenaba a la comunidad de propietarios que en el plazo máximo de 72 horas procedieran a tomar las medidas de seguridad oportunas y el vallado perimetral de la zona afectada, y en tres meses realizar las obras de mantenimiento de la edificación.

No obstante, y como no se ejecutaron, en junio de ese ejercicio Urbanismo volvió a requerir a los dueños, que en febrero de 2018 certificaron, por fin, que habían tomado las medidas de seguridad solicitadas.

Por eso se permite ahora la apertura de la vía, aunque desde el ayuntamiento se advierte de que se volverá a incoar expediente si no se cumple con el deber de conservación del inmueble.