El papa Francisco visitó hoy por sorpresa una casa en Roma que acoge a mujeres detenidas con sus hijos y que fue confiscada al crimen organizado, informó la Santa Sede en un comunicado.

La llamada Casa di Leda se encuentra en el barrio romano del Eur y a ella acudió hoy Francisco dentro de la iniciativa "Viernes de la misericordia", que consiste en visitas privadas del pontífice sin previo aviso a los medios de comunicación.

El papa salió del Vaticano hacia las 16.00 hora local (15.00 GMT) acompañado por el presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, según la nota enviada a los medios.

En la vivienda conversó con las mujeres, jugó con los niños y les ofreció huevos de Pascua, y estos, por su parte, le invitaron a merendar con ellos.

El pontífice fue recibido con sorpresa por las madres y el personal que trabaja en esta casa, gestionada por la cooperativa social Cecilia Onlus desde marzo de 2017 y que acoge a mujeres detenidas por delitos menores a las que se les permite cumplir su condena con sus hijos en este lugar.

Actualmente viven cinco mujeres de entre 25 y 30 años y, junto a ellas, también prestan sus servicios condenados por delitos leves que pueden enmendar su pena con trabajos útiles para la comunidad.

El responsable del lugar, Lillo Di Mauro, explicó al papa la importancia de haber restituido a la sociedad un espacio confiscado al crimen organizado y que ahora permite desarrollar un proyecto "de gran humanidad".

El papa entregó a las madres y a sus hijos varios regalos, entre ellos un pergamino firmado, para luego emprender regreso al Vaticano.