La Congregación para la Doctrina de la Fe ha presentado este jueves 1 de marzo una carta titulada ''Placuit Deo'', en la que aclara algunos aspectos sobre la salvación ante el auge de "antiguas herejías" que nacen del "individualismo".

En el texto, firmado por el prefecto y el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Francisco Ladaria y Giacomo Morandi, respectivamente, subrayan que la salvación cristiana radica en Cristo y que el lugar donde se recibe la salvación "es la Iglesia", en contraste con la corriente actual del "individualismo imperante".

Esta tendencia, según precisan, tiene una visión del hombre "como un ser cuya realización depende únicamente de su fuerza", y en la que la figura de Cristo no se contempla como "aquel que transforma la condición humana", sino como "un modelo que inspira acciones generosas, con sus palabras y gestos".

El documento ha sido publicado para contrarrestar el auge de dos "viejas herejías", el pelagianismo y el gnosticismo. El primero preconiza un "individuo radicalmente autónomo" que "pretende salvarse a sí mismo, sin reconocer que depende, en lo más profundo de su ser, de Dios y de los demás". En este caso, "la salvación es entonces confiada a las fuerzas del individuo, o las estructuras puramente humanas, incapaces de acoger la novedad del Espíritu de Dios", según señalan.

La segunda tendencia presenta una salvación meramente interior, "encerrada en el subjetivismo", que consiste en elevarse "con el intelecto hasta los misterios de la divinidad desconocida". "Se pretende, de esta forma, liberar a la persona del cuerpo y del cosmos material, en los cuales ya no se descubren las huellas de la mano providente del Creador, sino que ve sólo una realidad sin sentido, ajena de la identidad última de la persona, y manipulable de acuerdo con los intereses del hombre", se indica en el documento.

Ladaria ha explicado que el objetivo del documento es evidenciar "ciertos aspectos de la salvación cristiana que pueden ser difíciles de entender hoy debido a las transformaciones culturales recientes".

El documento también hace referencia a que "la salvación completa de la persona no consiste en las cosas que el hombre podría obtener por sí mismo", como "la posesión o el bienestar material, la ciencia o la técnica, el poder o la influencia sobre los demás, la buena reputación o la autocomplacencia".

En cambio, propone un modo de salvación, y en definitiva de felicidad que radica en "la comunión con Dios". "La salvación que la fe nos anuncia no concierne solo a nuestra interioridad, sino a nuestro ser integral. Es la persona completa, de hecho, en cuerpo y alma, que ha sido creada por el amor de Dios a su imagen y semejanza, y está llamada a vivir en comunión con Él", añade.

Finalmente, insiste en que "la salvación del hombre se realizará solamente después de haber conquistado al último enemigo, la muerte". "Entonces participaremos plenamente en la gloria de Jesús resucitado, que llevará a plenitud nuestra relación con Dios, con los hermanos y con toda la creación", subraya.