Dos de los principales restaurantes en Londres del mediático chef británico Jamie Oliver se han declarado en quiebra técnica, aunque el popular cocinero ha podido salvar del cierre a uno de ellos, informa hoy la BBC.

El selecto restaurante especializado en filetes "Barbecoa", ubicado en la céntrica zona de Picadilly, cerrará sus puertas al público apenas un año después de su lanzamiento, según desveló el citado canal.

El otro local que se ha sumido en la bancarrota, ubicado muy cerca de la catedral de San Pablo -el "Barbecoa St Paul''s"-, se ha podido rescatar después de que el propio cocinero lo recomprara por una suma que no ha trascendido a los medios, a través de una compañía subsidiaria.

La empresa Jamie Oliver Restaurant Group acomete actualmente recortes en otras áreas de su negocio, pese a que el chef inyectó en diciembre 2 millones de libras (3,3 millones de euros) de su propio capital.

El pasado mes, el cocinero británico anunció el cierre de 12 de sus 37 restaurantes italianos en el Reino Unido como parte de un plan de rescate, una medida que afecta a 200 puestos de trabajo.

Según documentos judiciales a los que accedió la BBC, los locales de Oliver acumulaban deudas que ascendían a 71,5 millones de libras (unos 80,9 millones de euros).

De esa suma, 30,2 millones de libras (34,2 millones de euros) se deben a préstamos y otras 41,3 millones de libras (46,8 millones de euros) obedecen a pagos por alquileres de locales, a hacienda, a proveedores y a otros acreedores.

Esa última cifra incluye 2,2 millones de libras (2,4 millones de euros) en concepto de salarios pendientes a trabajadores.

No obstante, según esta información, 47 millones de libras (53,2 millones de euros) de las deudas quedan cubiertas gracias a préstamos del banco británico HSBC y de otras compañías propiedad del chef.

La cadena de Oliver ya echó el cierre en enero de 2017 a seis de sus restaurantes italianos, alegando en ese momento la "incertidumbre" generada por el "brexit" y las "duras" condiciones del mercado.

La BBC recuerda que otras cadenas de restaurantes británicas han tenido problemas de este tipo en los últimos meses, como fue el caso de la hamburguesería Byron, que cerró una veintena de instalaciones.

Jamie Oliver ha sufrido varios contratiempos en sus negocios, como el cierre de su cadena Union Jack el pasado año, y la clausura de su revista Jamie, que llevaba casi una década en funcionamiento.

En 2015, el chef admitió que alrededor del 40 % de sus aventuras empresariales habían salido mal y le habían costado dinero, si bien comentó que esos errores le habían enseñado lecciones "valiosas".

Por contra, otras áreas de sus negocios han cosechado éxitos, como Jamie Oliver Holdings -que controla sus relaciones con los medios y que logró beneficios de 5,4 millones de libras (6,1 millones de euros) en 2016- y Jamie Oliver Licensing, con ganancias económicas derivadas de gamas de productos que llevan su nombre, y que facturó ese año 7,3 millones de libras (8,2 millones de euros).